jueves, 28 de junio de 2012

Boca 1- Corinthians 1

Mal resultado para el equipo de Falcioni. En una Bombonera repleta, el Timao se lo empató sobre el final y terminó sacando un empate inmerecido.

Boca no jugó bien, está claro. Menos que menos en el primer tiempo, donde los jugadores xeneizes se mostraron muy nerviosos, especialmente Erviti y Roncaglia, que tuvieron un duelo especial con el brasileño Emerson, y hasta Juan Román Riquelme, que no suele exaltarse con los árbitros, fue amonestado al reclamarle airadamente al juez chileno Osses. Muy pocas situaciones de gol, el partido muy trabado en el medio, y el tridente ofensivo local muy fastidioso por el planteo defensivo del Corinthians.

Claro que en el complemento, Boca se calmó. Empezó a aparecer más Román, y a subir más los volantes y laterales, pero Mouche y Silva no tuvieron un buen partido. Al mismo tiempo, se agigantó la tarea de los centrales del Timao, Chicao y Leandro Castán, quiénes se deglutieron al Pelado. Y el local terminó encontrando el gol pasados los 20 minutos: tras un centro de Mouche y sendos anticipos de Caruzzo y Silva, en el rebote Roncaglia (que en el PT podría haber sido expulsado), rompió el arco y 1-0.

Así las cosas, daba más para el 2-0 que para el empate. Pero el DT del Timao lo metió a Romarinho (hijo del legendario Romario, quien el finde pasado le había hecho un doblete al Palmeiras en el Brasileirao), y el chico de 20 años, no defraudó: a los 37 minutos, en la única desatención defensiva de Boca, y en la primera que tocó, quedó mano a mano con Orión y la picó con sutileza. Golazo.

Boca fue con todo en los minutos finales por el triunfo, y casi lo encuentra: a los 45 minutos Viatri, que entró por Silva, estrelló un cabezazo en el travesaño. Pero no pudo conseguir la merecida victoria que le hubiera permitido ir con ventaja a Brasil. Aunque la rica historia xeneize sabe de gestas históricas, sobre todo en la Copa: en el 2000 había igualado con Palmeiras y se trajo la Copa por penales. Y el miércoles que viene irá al Pacaembú con decisión para tratar de coronarse con la 7ma Copa Libertadores de su historia y darle una alegría inmensa a su gente. A Boca no se lo puede dar por muerto. Ejemplos hay de sobra.

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