viernes, 4 de junio de 2021

Adiós al último ídolo

Finalmente, luego de muchas especulaciones, Carlos Tevez hoy dio una conferencia de prensa y anunció que no continuará en Boca. Se retira el último ídolo.

No voy a entrar en detalles de lo que dijo en conferencia, solamente me voy a remitir a lo que fue su brillante carrera. Es realmente admirable. Campeón de todo con Boca, triunfó en Brasil, Inglaterra e Italia. Dos Mundiales con la selección argentina. Pero por sobre todas las cosas, un pibe nuestro, surgido de una infancia extremadamente complicada y dueño de un gran talento. Nadie imaginó que el chiquilín de Fuerte Apache se convertiría en uno de los máximos ídolos del club más grande y popular del país y del mundo...

Debutó el 21/10/2001 de la mano de Carlos Bianchi justo un día de la Madre. Perdimos 1-0, pero aún así se hizo notar. Con el Maestro Tabárez empezó a tener continuidad pero fue con la vuelta del Virrey que explotó definitivamente en la Copa Libertadores, donde mareó a los defensores del Paysandú, Cobreloa, América de Cali y Santos. En la primera ronda no había sido anotado. Pero en las fases de mano a mano, hizo destrozos. Un gol al Cobreloa, tres al América y uno a los brasileños, levantando la Copa Libertadores en el Morumbí. Así nació el romance con Carlos Alberto Tevez. Luego la rompió en el torneo local brillantemente ganado por el equipazo de Bianchi, hasta que lo frenó un patadón feroz de un defensor de Independiente y casi lo deja sin jugar la Intercontinental. Pero no se la iba a perder. Entró en el segundo tiempo, casi convierte un gol en el minuto 90 y encaró hasta al legendario Paolo Maldini, gratamente sorprendido por su atrevimiento y desparpajo. Levantó el trofeo gracias al Pato Abbondanzieri, el héroe de los penales. En el 2004 enmudeció al Monumental con un golazo y luego el Pato volvió a ser héroe en los penales. No pudo repetir ante el Once Caldas, pero se fue al Corinthians regalándonos la Copa Sudamericana con un golazo y una gran actuación en la final contra el Bolívar. Y se despidió entre lágrimas, con la promesa de que iba a volver.     

Esta ida marca el fin de una era. Se va el último que quedaba de los campeones de todo con Bianchi. Y un pedazo muy grande de nuestro pasado de hinchas se va con él. A los hinchas nos provoca  cierta tristeza y nostalgia. Fuimos muy felices gracias a él y tenemos que estar agradecidos. Ninguna inclinación política ni algún error del pasado nos tiene que hacer olvidar eso. Lo que más importa es la camiseta de Boca y él la defendió como lo hubiéramos hecho nosotros si Dios nos hubiera dado el privilegio que tuvo él. Y teniendo 37 años, ya era obvio que no podíamos exigirle que sea el salvador y menos dentro de un equipo al que le está costando jugar bien. Hizo una carrera admirable y ya no tiene que demostrarle nada a nadie. Que disfrute, que lo que se ganó lo tiene muy bien ganado. 

 Se va con 279 partidos y 94 goles, estando en el top 10 de los máximos goleadores de la historia del club. Se va con once títulos con la camiseta que ama. Se va dejándonos como último destello su gol a River con esencia del potrero de Fuerte Apache. Se va regalándonos el último torneo local pre pandemia, con su golazo a Gimnasia, ganándolo de arremetida al club de Núñez y en la última vez que también Diego Armando Maradona pudo pisar nuestro Templo como DT del Lobo en una emocionante jornada. Ojalá que si algún día volvés al club desde otro lugar, sea siempre lo mejor para Boca. Vos nos hiciste muy felices y siempre lo vamos a recordar. Muchas gracias Carlos Alberto Tevez. Te queremos. Hasta siempre. 




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