Segundo triunfo al hilo por el torneo local. Tras el empate por la Sudamericana, el equipo de Arruabarrena sigue su buena racha.
No jugó bien Boca, a pesar de que el local se quedó con diez a los 14 minutos por la expulsión de Borja (avivada de Echeverría). En la primera etapa fue un equipo sin sorpresa, lento, previsible y con poco ritmo. De todas formas, pudo haber sido una victoria más aliviada si Ceballos no ignoraba un claro penal al Pachi Carrizo. Sólo se destacaba el esfuerzo conmovedor de Meli y Gago intentaba encabezar los ataques, pero la pelota no le llegaba a los puntas. Atrás no tuvo fisuras, ya que Olimpo se agrupó bien atrás, dejando a Cuero como el llanero solitario.
En el complemento, se notó la mano del Vasco, y de a poco, el equipo puso en aprietos a Olimpo. Metió a Martínez, Calleri e Insúa. A propósito, es una muy buena noticia el regreso del Pocho. Porque abre la cancha, es potente cuando ataca, y es un crack. Meli, además de meter, jugar y ser figura por tercera vez al hilo, se puso al equipo al hombro con una asistencia riquelmeana a Calleri y un remate desde afuera que besó el palo izquierdo de Champagne. Ya se olía el grito sagrado.
El grito llegó a los 33 minutos: centro de Gago y cabezazo cruzado de Gigliotti que dejó sin chance al arquero local. Y Olimpo se quedó con 9 por expulsión de Sills. Champagne fue a buscar el cabezazo en la última, pero en la contra casi lo embocan: el línea cobró un offside de Gago que no era.
Boca se quedó con un triunfo más que importante. Si bien está algo lejos de River, mostró actitud, compromiso y enjundia para llevarse el triunfo en una cancha difícil, a pesar de no jugar del todo bien. Y para el comienzo de la era de Arruabarrena, es más que importante. Ya habrá tiempo para jugar mejor y para que los players asimilen la idea del Vasco.
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