Partidazo de Boca. De pe a pa. Y si me apuran, es de lo mejor del ciclo Battaglia. Cuando muchos creíamos que después de la derrota contra Corinthians se cumplía un ciclo, hubo un cambio de rumbo y ahora el equipo lleva cuatro victorias consecutivas, todas con la valla invicta y jugando cada vez mejor. Se acomodó en la Libertadores y ahora es semifinalista de la Copa de la liga, dejando a todos felices en una Bombonera rugiente que se contagió de lo que se vio en el campo de juego. Vamos, carajo!!!
De entrada, Boca se plantó en campo rival como pocas veces se vio últimamente e impuso las condiciones. Pudo haber convertido de entrada de pelota quieta, pero el cabezazo de Zambrano dio en el palo. Le faltó profundidad por momentos, aunque le sobró movilidad e intensidad. Y la clave de todo fue Alan Varela. En el primer tiempo se lo vio impreciso en algunos pases, pero se nota claramente que con él como volante central el equipo adquiere otra fisonomía y se entiende bien con Pol. En el ST directamente la descosió. Jugó e hizo jugar. De a poco vuelve al nivel de sus comienzos. Ahora los volantes pisan el área. Eso hizo que los centrales, que hicieron un partidazo, jugaran casi en mitad de cancha. Lo mejor que tiene Defensa son sus delanteros y obligaron a Merentiel a jugar afuera del área y a Bou a tirarse a los costados, mientras Pizzini y Rotondi no pudieron desequilibrar. Como sí lo hizo Villa, que generó el gol anulado a Pol Fernández a instancias del VAR por un leve codazo. Pese a eso, el equipo no se cayó y antes del entretiempo Focus se escapó otra vez por izquierda, recortó hacia adentro y sorprendió a Unsaín con un latigazo fuerte al primer palo tras un muy buen pase largo de Rojo. Un golazo para encaminar todo.
Si el primer tiempo fue bueno, el complemento fue un festival. No hubo tantas llegadas, pero hubo movilidad, precisión, control del juego y fútbol del bueno. Boca mantuvo la tónica de los primeros 45 minutos y redujo al Halcón de Varela a la mínima expresión. Creció más Varela, levantó Salvio, Pol volvió a pisar el área (se lo perdió increíblemente) y Villa siguió desequilibrando. No fue un buen partido de Benedetto, entró poco en juego. Pero Boca, justamente, valga la redundancia, creció en juego. Ingresó Ramírez y le puso el moño a una jugada colectiva fantástica en donde la tocaron TODOS. Desde Rossi hasta los centrales, pasando por los laterales, los volantes y el toque de distinción se lo dio el encuentro entre Varela y Romero: el pase largo del paraguayo fue un poema para la diagonal hacia la derecha para el Diente, que definió bárbaro, cruzado, con su pierna menos habil al segundo palo. Golazo, golazo, golazo. Battaglia cuidó algunas piernas en los minutos finales, ingresó Figal que tuvo un par de buenos cierres, también Vázquez y se terminó la exhibición en la Bombonera. Aplausos...
Boca dio la talla y ahora en semifinales espera por el Racing de Fernando Gago, que goleó 5-0 a Aldosivi y viene invicto en el torneo. Promesa de partidazo ante, para mi, uno de los mejores equipos de lo que va del año. Pero se le puede ganar, mucho más jugando como hoy. Ya le ganamos a Estudiantes y a River de visitante cuando no jugábamos tan bien. El año pasado, ante este mismo rival y en la misma instancia quedamos afuera por penales tras empatar 0-0. Pero ahora son dos realidades muy distintas. Racing viene jugando muy bien y Boca viene mejorando. Es hermoso ganar como se ganó hoy. El sábado veremos cómo sigue esto. Vamos Boca, carajo...
AS Argentina |
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