Al trote. Con ritmo cansino y poco vuelo futbolístico. En un partido durísimo, por momentos friccionado, un Xeneize desabrido le ganó con lo justo al Sojero y sigue defendiendo el título.
Poco para decir. A los siete minutos Leyendeker le metió un patadón brutal al Changuito Zeballos y lo sacó de la cancha. Al principio el árbitro Ramírez insólitamente lo amonestó, pero corrigió el error en los más de cinco minutos que estuvo parado el encuentro y lo expulsó. Yo diría que debería comerse un mes en cana, aparte. Fuerza Changuito, ojalá no sea nada. Entró Villa y estuvo impreciso. Boca manejó la pelota los 90 minutos, pero tuvo escasa profundidad. El gol de Pol Fernández viene de un córner de Romero que él empalmó con una volea hermosa. Pero no mucho más. Orsini se perdió un cabezazo en el área chica. Basta de este pibe con pinta de galán turco...es horrible, no aguanta una, es alto al pedo y la única que anticipa la tiró a la mierda. Encima jugó los 90 minutos, no salió ni cuando entró Benedetto (otro que ingresó en modo fantasma, como Villa, que se la pasó tirando centros de mierda. Y los centrales, mamita querida...da más seguridad caminar por Retiro a las cuatro de la mañana que Roncaglia y Figal. El mejor, una vez más fue Alan Varela, que es de los pocos que entiende qué camiseta lleva puesta. Interesante Payero en su estreno como titular, buscando sociedades, aunque le falta ser más incisivo.
Boca debía ganar y ganó. Pero si bien pudo haber convertido algún gol más, casi nos empatan y dejó una imagen insulsa. Ahora, el domingo en el Cilindro más vale que transpiren la camiseta. Porque está muy fresca la agachada contra San Lorenzo como para que nos banquemos que regalen otro clásico. Racing no es el del semestre pasado. Ganen, carajo!!!
La Nueva Provincia |
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