lunes, 18 de febrero de 2013

Tigre 0- Boca 0

Feo partido en Victoria. El equipo de Bianchi rescató un empate en la cancha de Tigre.

El Virrey había sorprendido antes del inicio del partido con las salidas de Somoza, Erviti y Silva, además de la ya cantada salida de Cellay y el ingreso del Chiqui Pérez por la suspensión de Caruzzo. En todo el partido, la apuesta salió bien de mitad de cancha hacia atrás. Porque Boca, con el uruguayo Albín jugando por fin en ese puesto tan conversado, y con el ex Belgrano, tuvo más consistencia defensiva. Pero de mitad de cancha en adelante, tuvo anemia ofensiva. El Burrito Martínez parecía el Llanero Solitario: tenía que retroceder hasta tres cuartos para recibir, y de ahí en más limpiar a cinco jugadores para llegar con peligro al arco de García. Y no es Messi. Eso, sumado a que Viatri, al revés de lo que debería hacer un 9, jugó más afuera del área que adentro. Incomprensible cómo se le siguen dando chances (¿no es hora de probar con Blandi?, ¿para esto quedó afuera Silva?). Sólo Pol Fernández intentaba asociarse con el Burrito y tuvo una clarísima en el primer tiempo. Colazo, otra sorpresa, que jugó por Erviti, no aportó nada por la izquierda y sigue estando lejos de ese jugador notable de antes de su lesión. El que hizo un gran partido fue Ribaír Rodríguez: le faltó precisión con la pelota, pero recuperó mucho en la mitad. Tigre casi no exigió a Orión: sólo un remate de Pérez García que Agustín desvió al córner, y un tiro de Leguizamón que besó el palo.

En la segunda mitad, el equipo siguió igual en defensa, pero ya en ataque no produjo nada, y sumado eso a la pobreza del local en ofensiva (Botta, el mejor, nunca pudo desequilibrar), se hizo un partido muy malo. Llamó la atención la lentitud de Bianchi para hacer cambios: metió a Somoza y Acosta recién cuando faltaban 10 minutos. Debieron entrar antes. Y Erviti jugó sólo un minuto y le alcanzó para generar una falta. De nada sirvió.

Le falta mucho a Boca. Lo que debe dejar contento a Bianchi es que se mejoró defensivamente, pero la anemia ofensiva preocupa. Preocupa que, por ejemplo, el Burrito Martínez tenga que jugar lejos del arco porque la pelota no le llega. Seguramente Riquelme estando bien, más la cercana vuelta de Sánchez Miño sean aportes importantes. Pero a Boca le falta mucho.

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