viernes, 22 de febrero de 2019

Lo quería Barcelona, lo quería River Plate...

Hoy se cumplen 38 años del debut oficial del mejor jugador de la historia del mundo mundial con la gloriosa camiseta de Boca, Diego Armando Maradona. Su pase fue una novela que tuvo más capítulos que Elif, pero felizmente terminó vistiendo la azul y oro.

Diego descollaba en Argentinos Juniors, había sido campeón mundial juvenil Sub 20 en 1979, era figura y hasta goleador de su equipo y había superado la barrera de los 100 goles en el club de La Paternal. En su último torneo con los Bichos Colorados, en la previa a un partido contra Boca, Hugo Gatti lo chicaneó diciendo que "es un gordito". Y el gordito le hizo cuatro goles, en un 5-3 de Argentinos, donde también recibió aplausos de la hinchada xeneize.

Bueno, ya entrado el año 1981, fue River el que se interesó en los servicios del Diez. Ofreció 13 millones de dólares, más el plus de ser el jugador mejor pago del plantel junto con el Pato Fillol. ¿Pero qué pasó? La familia Maradona era hincha de Boca. Y Don Diego, su padre, no tuvo mejor idea que contarle que soñaba con verlo brillar en la Bombonera. Con esas cosas, la cabeza del astro ya empezaba a inclinar la balanza para nuestros colores. Sumado a las amenazas del presidente de River porque Diego dudaba de sumarse al elenco millonario. Este fue el detonante para que a Maradona se le ocurriera decirle a los periodistas que Boca lo había llamado, cuando ello no era cierto. Así empezaron las negociaciones, aunque el club xeneize estaba atravesando una delicada situación económica que se agravaría años más tarde. Finalmente el pase se hizo a préstamo por 4 millones de dólares, más la cesión de varios jugadores a Argentinos, como Randazzo y el Loco Salinas.

Y tras un amistoso frente a Argentinos que formaba parte del convenio, donde jugó un tiempo con cada camiseta, llegó el día del debut oficial en el Metropolitano 81, donde también se estrenaba un ídolo en el banco como Silvio Marzolini y otra figura recién llegada que terminó siendo un socio de lujo para Diego: Miguel Ángel Brindisi. En la Bombonera, el rival era Talleres de Córdoba, al igual que en su debut en Primera con Argentinos. Pero a diferencia de aquella vez, fue triunfo.Goleada 4-1 con dos goles de penal del astro y otro doblete de Miguelito. Así empezó la notable campaña que termino consagrando campeón a Boca, con un inolvidable 3-0 a River tras un golazo del Diez tras dejar gateando a Fillol.

Maradona en 1981 ya demostraba que era uno de los mejores jugadores del mundo, algo que terminó refrendando en el glorioso Mundial de México 86 y también en el Napoli italiano, donde siendo la bandera del sur pobre contra el rico norte, supo poner de rodillas una y mil veces a los equipos más poderosos del Calcio. Su vuelta a Boca en 1995, con constantes idas y vueltas, fue una alegría para el pueblo futbolero, sobre todo el xeneize, pero su adicción a las drogas ya no le permitía rendir como en sus mejores tiempos. De todas formas, los bosteros siempre recordaremos con mucho orgullo que el mejor jugador de la historia haya vestido nuestra camiseta.


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