domingo, 17 de marzo de 2019

San Martín de Tucumán 1- Boca 4

Este es otro equipo. Claramente. Otro técnico, otro chip, otra entrega, otra actitud. Que tiene deseo, que intenta, con jugadores que antes ni pintaban. El Falcon Sprint de Alfaro no saca el pie del acelerador, y aunque ya no da la nafta para ser campeón, le da para seguir por todo.

No fue fácil el primer tiempo. Los tucumanos arrancaron con todo y llevaron peligro enseguida al arco de Andrada con centros. Y se pudo poner en ventaja con una aparición de Pons tras una gran jugada de Rodriguez, que dejó en el camino a Buffarini y López y le sirvió el gol. Le costaba a Boca ser profundo: Reynoso no siempre acertaba con sus pases entre líneas, Zárate estuvo desconocido y Villa hacía fouls en ataque. La defensa se afirmó y fue muy importante Emmanuel Más, que sigue levantando el nivel. De hecho arranca la jugada del empate: desborde, pase al área a Villa y gol de Wanchope, que antes se había perdido otro. Nández metió como siempre, Marcone quitaba y López sigue dándole tranquilidad a la defensa.

En el complemento Boca primero sufrió los embates del voluntarioso equipo de Caruso, pero cuando pudo manejó la pelota y buscó los espacios para lastimar y ser profundo. Y fue creciendo la figura de Bebelo, con pases filosos, confianza y coronando su actuación con una vaselina fantástica para dar vuelta el partido, un golazo. Andrada tapó una a quemarropa, reafirmando su temporada, que merece el arco de la Selección y todo quedó servido para liquidar el partido de contra. Primero llegó con un cabezazo letal de López (qué importante es tener un técnico que practique pelotas paradas y aproveche a estos jugadores, ¿no?). Ya con el 3-1 faltando más de veinte, todo parecía indicar que habría más, pese al entusiasmo de los tucumanos, que terminaron descendiendo y tuvieron más oportunidades de descontar. Entraron Tevez y Benedetto: al Pipa le anularon mal un gol y Carlos desperdició una contra dos contra dos, pero entre los dos tejieron el cuarto: pase del 9 de la selección, el Apache que genera el rebote en Carranza y Nández que aprovecha el regalito para festejar con el Tascagol, que nació tras su gol a San Lorenzo; parece que le trae suerte. Y se terminó así el partido ante un rival absolutamente descuajaringado, jugado, derrotado, y al que ni un especialista en mantener categorías pudo salvar. Igual rescato el comportamiento de su gente, fue ejemplar. Debería ser así siempre, lástima que no todos los hinchas de otros clubes siguen ese ejemplo.

Boca enhebró su cuarta victoria al hilo en la Superliga y a falta de seis puntos ya al menos se aseguró ingresar al repechaje de la Copa Libertadores 2020. Aunque todo indica que difícilmente pierda los dos compromisos que le faltan (Banfield en el Templo y cierra con Aldosivi en Mar del Plata) y logrará el pasaje directo a fase de grupos. Lo importante es que los buenos resultados y la confianza están, para llegar de la mejor manera a lo que viene. Y a no olvidar que el 2 de mayo tenemos la final ante Rosario Central, que hay que ganarla. Y que terminado este torneo está la Copa de la Liga, además de la Libertadores. Alfaro está por el buen camino, más allá de que siempre hay cositas para corregir. Tengamos fe. ¡¡Vamos Boca!!



Clarín





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