Otra fiesta del equipo de Falcioni en la Bombonera. Después de un comienzo con vuelta olímpica de jugadores y cuerpo técnico junto a los familiares, con Martín Palermo en su palco, Boca cerró el torneo invicto, como se presumía y coronó así un semestre inmaculado.
No tuvo su mejor partido el equipo local. Al minuto de juego nomás le anularon un gol a Cvitanich, pero la sanción estuvo correcta porque el ex Ajax se la había llevado con la mano antes de definir impecablemente ante Cambiasso. Después a los de Falcioni les costó mucho generar peligro, mientras que el equipo de Pepe Romero sólo se dedicaba a hacer tiempo, y pensaba sólo en ilusionarse con una pelota parada para el solitario Mauro Matos.
Pero promediando el PT, el Albo tuvo la chance más clara: pifió Schiavi y Matos quedó cara a cara con Orión. El arquero, de gran torneo, cuando el delantero lo quiso gambetear hacia la derecha, le adivinó la intención y le sacó impecablemente la pelota. Boca tuvo otra chance con Mouche y después con Cvita, pero no jugaba bien porque le costaba mucho quebrar la línea híper defensiva del equipo visitante.
Al minuto del ST, Juan Pablo Rodríguez le tiró un manotazo a Schiavi, luego de que este último le propinara un codazo, pero el árbitro Favale (que al igual que Baldassi dirigió su último partido en la Bombonera), sólo vio al jugador visitante y lo expulsó. El equipo de Romero fue una máquina de cometer infracciones durante todo el complemento (debió ser expulsado Eduardo Domínguez por una trompada en el ojo a Cvitanich), pero de todas formas, aguantaba. Falcioni metió a Blandi por Rivero, y después vino el cambio emocional.
A los 27 minutos se dio el esperado retorno del jugador más campeón con Boca: Sebastián Battaglia. Y como guiño del destino, minutos más tarde participó del gol. Avanzó, cambió de lado para Erviti, centro bombeado del zurdo y aparición fantasmal de cabeza (y revancha), de Darío Cvitanich, que la clavó junto al palo izquierdo de Cambiasso que ni siquiera atinó a tirarse, sin reacción. Golazo tras una muy buena jugada colectiva, no sin antes sufrir otra llegada de Matos, antes del gol de Cvita, que el 9 del Albo resolvió mal.
Llegó el fin del partido, Orión mantuvo en cero el arco y se convirtió en el arquero menos goleado en torneos cortos, se dio otra vuelta olímpica, Schiavi como capitán levantó la Copa (que contra Banfield había alzado Riquelme) y el calor lo pusieron las chicas del carnaval de Gualeguaychú. Boca cerró un gran torneo, llegó a 29 partidos invicto, y se ilusiona con seguir de esta manera en el 2012, pero además con otro objetivo: la Copa Libertadores, que no la consigue desde el 2007. Este campeón récord, invicto, da la impresión de todavía no haber llegado a su techo. Felicidades, campeón. Un gran campeón.
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