Era la fiesta de Boca. De un público extasiado que esperaba con ansias gritar campeón tras una sequía de 3 años. De un equipo que marcó diferencias a lo largo del torneo y nadie pudo darle pelea. En medio de las elecciones presidenciales (ganó el macrista Daniel Angelici y sucederá en el cargo a Jorge Amor Ameal), el equipo de Falcioni despachó 3-0 a Banfield y vivió su merecida fiesta.
Boca abrió enseguida el planteo cauteloso de La Volpe. Porque a los 9 minutos, Darío Cvitanich, tras una mala salida de Lucchetti y una posterior serie de interminables rebotes, pescó la pelota en el área chica y no perdonó a su ex club. Un gran momento del delantero nacido en Baradero, tanto dentro como fuera de la cancha. A partir de ahí, Boca, fiel a su estilo, durmió el partido, y Banfield no pudo generar nunca peligro más que con alguna pelota quieta, que ni cosquillas les hizo a Orión y compañía. El equipo de Falcioni, sin hacer mucho en ataque, antes del descanso, clavó el 2-0 con una gran volea de Cvita, que por supuesto no gritó los goles por su pasado banfileño, pero tuvo su dedicatoria especial para su novia modelo, Cecilia Bonelli. A partir de ahí se desató el grito ansiado de "Dale campeón".
En el segundo tiempo, no se habían acomodado, cuando Diego Rivero clavó un bombazo divino, desde afuera del área, y consiguió su primer gol oficial en Boca. Justo en la semana en la cual los dirigentes le compraron el total de su pase a San Lorenzo. A partir de ahí, ya no hubo partido, sólo tiempo para que Orión se luciera con una doble tapada, para que vuelva Román (que arrancó finalmente en el banco) después de la lesión, para que salga el veterano gladiador Schiavi para que también ovacionen a los ahora queridos Erviti y Rivero, y para que delire toda su gente. Boca superó con creces al Taladro, y ya piensa en la Copa Libertadores del año que viene.
Además hubo cánticos para Julio César Falcioni, y una fiesta muy merecida en el vestuario, donde, entre otras cosas, Darío Cvitanich emuló a Iker Casillas al besar a su novia, tras una nota que ella le hizo. Boca es un merecido campeón, continúa invicto, y llegó a los 27 partidos sin derrotas. Faltan dos partidos para coronar el torneo invicto, y 13, para el récord de 40 que ostenta el Boca de Bianchi del bicampeonato 98/99. Nada es imposible, La Boca está de fiesta.
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