Otra victoria superclásica del Xeneize. La historia que se vuelve a repetir. Los gladiadores de azul y oro vuelven a cantar victoria frente a un Millonario que no sabe, ni puede calmar su sed de revancha. En un partido sumamente apretado, parejo, el equipo de Falcioni se quedó con un módico 1-0 y dejó con las ganas a su rival de siempre de festejarle en la cara.
River (a pesar de la temprana lesión de Trezeguet), en el primer tiempo trató de manejar la pelota, y ante la ausencia del sancionado Chori Domínguez, el que se puso el equipo al hombro fue el uruguayo Carlos Sánchez. Fue un pistón por la derecha, Colazo no lo pudo frenar casi nunca y trató de asistir permanentemente a Cavenaghi. Pero cuando el equipo de Almeyda había logrado un par de aproximaciones al arco del uruguayo Sosa, llegó la puñalada de Boca: Ponzio regaló una pelota en mitad de cancha, robó Ledesma, pared con Chávez y desbordó como una flecha por la derecha, extremando el esfuerzo, mandando el centro sobre la línea de meta, que salió impecable para Pablo Mouche, que cabeceó solito ante la impasividad de Vega y los defensores millonarios. A los 28 minutos, Boca se puso 1-0 por un grave error, que los de Falcioni no suelen cometer.
River siguió intentando en el final del primer tiempo, y en todo el complemento, pero Cavenaghi tuvo una noche para el olvido, desperdiciando todo lo que tuvo en sus pies. Para colmo, en el entretiempo Schiavi tuvo que salir por un patadón de Funes Mori, entró Sauro y respondió como si no hubiera hecho mucho tiempo que no jugaba. En el complemento Boca casi no atacó, sólo tuvo un mano a mano de Mouche que tapó muy bien Vega, se recostó atrás, y el equipo de Almeyda, en la desesperación empezó a apelar a los centros, y a los remates de afuera del área. A propósito, se lució el arquero Sosa, mandando por arriba del travesaño un remate tremendo de Andrés Ríos.
Boca se alzó con la Copa Luis Nofal, que el capitán Schiavi levantó en ojotas, festejó esta nueva victoria ante los primos, y se prepara para el encuentro ante Santamarina, el jueves en Salta, por la Copa Argentina. River se quedó con el sabor amargo de no haber podido ganarle ningún partido al Xeneize, y además Almeyda quedó con muchas preocupaciones de cara al choque con Almirante Brown del domingo, por varios errores y pensando en cómo suplir la ausencia de Domínguez. Boca festeja una vez más, River sufre horrores.
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