Fue empate en la vuelta al Superclásico tras el descenso millonario. En un partido muy malo (a pesar de los 4 goles), el equipo de Falcioni lo empató en el descuento casi sin darse cuenta.
El partido se abrió al minuto de juego con un gol de tiro libre de Ponzio (grave error de Orión, que puso las manos como si jugara al volley, más allá de que la pelota le picó antes), y River se puso 1-0. El resto de la primera mitad fue un compendio de imprecisiones de un lado y del otro, aunque era más evidente la falta de compromiso de algunos jugadores de Boca. Almeyda tuvo que hacer dos cambios obligados por lesión (Ramiro Funes Mori y Aguirre se rompieron los ligamentos de la rodilla), y no mucho más. No hubo situaciones para destacar. Trezeguet estaba casi inmóvil, disminuido por su poco entrenamiento y su lesión en la rodilla, y Mora, por entonces, perdía más de lo que ganaba con Schiavi- Burdisso. Del lado visitante, Sánchez Miño jugó uno de sus peores partidos, impreciso, descomprometido, y la pelota nunca les llegaba a Viatri- Silva
Para el ST, Falcioni puso a Lautaro Acosta por Clemente y así acumuló tres puntas. Boca amagó una reacción en los primeros 10 minutos, pero se quedó en eso y Rodrigo Mora empezó a desequilibrar cada vez más a los defensores xeneizes. La figura del clásico tuvo su premio a los 25 minutos: Trezeguet (en su única buena intervención), la abrió para Sánchez y éste le puso un pase preciso y precioso al uruguayo, quien, perfectamente habilitado, eludió a Orión y definió cruzado con enorme categoría. River se ponía 2-0 ante un Boca que ni siquiera amagaba con reaccionar. Y faltaban 20 minutos.
Pero tras una jugada en la que Somoza debió ver la roja tras un empujón a Mercado, enseguida llegó la chance para los de Falcioni: tras una pelota que Silva le ganó a Pezzella, González Pirez le cometió un penal tontísimo a Acosta y Lunati lo convalidó. El Tanque, encargado de la ejecución, le hundió el arco a Barovero, su ex compañero en Vélez. Boca no había mostrado absolutamente nada, pero se ponía a tiro del empate a 15 del final, y sólo eso era peligroso para las aspiraciones del conjunto local, que no veían la hora de festejar ante su archirrival, después de tanto sufrimiento y del ostracismo en la B Nacional. A esa altura, ya había entrado Paredes por un Chávez que volvió a aportar nada, y Colazo por la lesión de S. Miño en su hombro.
Claro, River seguía teniendo la posesión y tuvo otra muy clara en los pies de Mora (a esa altura, una verdadera pesadilla para los visitantes), que evitó muy bien Orión. Pero Almeyda reemplazó al uruguayo, que si bien había hecho un enorme desgaste, no dio sensación tampoco de estar fusilado, para poner a Rogelio Funes Mori. Debió haber salido Trezeguet, de muy mal partido. Para colmo, el francés fue partícipe involuntario del gol del empate, a los 45. En vez de tener la pelota, pateó al arco, la pelota rebotó en Burdisso y le quedó a Paredes para la contra. Éste avanzó unos metros mientras pensaba la jugada mientras Cirigliano no le salía; la abrió a la derecha para Acosta, el ex Lanús mandó el centro, Silva la peinó, la pelota cobró altura, y Erviti, que venía a toda marcha, aprovechó el resbalón de Bottinelli y definió ante la salida de Barovero. Un regalo inesperado, muy festejado por los hinchas de Boca, teniendo en cuenta que 20 minutos antes perdían 2-0 y no había reacción. Por eso se festejó tanto el empate, porque River, en su vuelta a Primera, sigue sin ganarle. Y el cuestionado Falcioni, seguramente se irá del club sin perder ante el rival de toda la vida.
Analizándolo fríamente, Boca jugó pésimo. Hay jugadores que no demuestran amor propio, ni ganas, y no le responden al DT. Está cada vez más lejos del puntero Newell´s (quedó a 7 unidades). Ahora preparará el partido vs San Lorenzo, que se jugará el sábado porque el 7 de noviembre se disputará la Supercopa Argentina vs Arsenal. Deberá mejorar muchísimo y asegurarse su clasificación a la Libertadores 2013. El Inicial ya les quedó muy lejos.
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