Boca sigue sin encontrar el rumbo. Perdió bien con el Pirata cordobés y arrancó mal el torneo.
El conjunto de Bianchi hizo un aceptable primer tiempo y encontró el gol con una jugada preparada. Toque de Gago a Erbes, centro del Pichi, S. Miño la cabeceó al medio, y Forlín, con otro cocazo, venció al debutante Heredia. 1-0 a los 6 minutos. Y por momentos mantuvo un interesante manejo del balón, con Erbes y Miño por las bandas, y el buen pie de Gago, mientras Belgrano prácticamente no inquietó a Orión. Pudo haber convertido un gol más antes del descanso.
En el complemento, Boca arrancó dormido. Mejor dicho, Zárate arrancó dormido: al minuto, el pibe Rigoni le ganó la posición y fusiló a Orión, mientras el lateral izquierdo se caía como un papelito. Y más tarde le hizo un penal infantiloide al Picante Pereyra y Lollo lo cambió por gol. 1-2 por culpa de un sólo jugador.
A partir de esto, a los de Bianchi no se les cayó una idea. Entró Riaño por un apático Martínez y fue la nada misma. Sólo el atrevimiento de Luciano Acosta complicaba al Pirata. Gago y Miño se apagaron y a Gigliotti no le salió una. Y el Picante liquidó el partido tras doble tapada de Orión, ante una defensa que reaccionó tarde. Sólo quedó tiempo para el golazo de Acosta, que no sirvió para nada.
Mientras espera por la vuelta de Riquelme y el estreno de Perotti, Boca dejó pasar una chance de oro de empezar bien el torneo. Y la sensación es que con este panorama es imposible dar pelea.
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