La punta absoluta del campeonato, desplazando al rival de toda la vida. La racha de este 2015 que se mantiene. El festejo de la gente en una Bombonera ardiente. El equipo del Vasco despachó a los de Gallardo y se prepara para lo más lindo de la trilogía, con inmejorable momento anímico.
En el primer tiempo, aún sin manejar la pelota, Boca gozó de las situaciones más claras: una gran salvada de Barovero ante Carrizo, un bombazo de Osvaldo que se estrelló en el palo y un gol increíble que se perdió Chávez. Claro que River también tuvo la suya, con ese derechazo europeo de Carlos Sánchez que hizo temblar el travesaño del arco del Riachuelo. Los de Gallardo tenían un poco más la pelota, pero sin lastimar. Así se fue el primer tiempo. Sin Gago, Lodeiro estaba huérfano, y para colmo Carrizo y Chávez nunca terminaron de meterse en el partido.
Luego de un arranque turbulento, en el cual Orión le sacó una volea estupenda a Mora, el Vasco activó el banco y sacó a los que peor estaban jugando. Adentro Gago para ordenar y jugar, Pablo Pérez para aportar más claridad y Pavón para volar por las bandas. Y ahí cambió el equipo. Pintita aportó salida limpia, prolija y todos sus compañeros se movieron al compás de su batuta. Tan es así, que con su ingreso mejoró Lodeiro. Gran mérito tuvo Arruabarrena en esta victoria, porque corrigió errores y las variantes le dieron óptimos resultados.
Pero lo mejor estaba al final, donde los últimos 10 minutos, Boca ejerció una presión que River no pudo soportar. A los 39, un centro atrás de Osvaldo terminó con una punteada de Lodeiro y la entrada triunfadora de Pavón, por la izquierda, para vencer a Barovero con un derechazo a su palo. Y a los 41, Pablo Pérez habilitó con un taco de espaldas a Osvaldo, el arquero le tapó el mano a mano y el ex Newell´s, que venía siguiendo la jugada, la empujó al arco vacío ante el inútil esfuerzo de Pezzella. 2-0 y algarabía total en la Bombonera, que terminó encendida y más ilusionada que nunca. Punta del campeonato en soledad y fiesta.
Boca volvió a festejar de manera oficial y anímicamente está bárbaro de cara a los duelos decisivos de la Copa Libertadores, que será dura. Pero este equipo del Vasco Arruabarrena tiene la gran chance de vengar la afrenta del año pasado en la Copa Sudamericana. Y llega mejor que nunca.
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