La Bombonera habló...recuperamos el club

Y un día, Boca volvió a ser del pueblo. La fórmula de Jorge Amor Ameal- Mario Pergolini, nada más y nada menos que con la carta ganadora de Juan Román Riquelme, el máximo ídolo xeneize, se impuso en los comicios con el 52% de los votos. En una votación con más de 38.000 sufragios emitidos, récord en el club y en el fútbol argentino, los socios definieron el cambio de rumbo que necesitábamos después de tantos disgustos. Estoy muy felíz. Esto fue paliza.                                                                                                                                                                                                            Fue una elección que arrancó tarde, lenta (no andaba el sistema y se apelaba a los votos manuales), incluso algunos micros que llegaban desde la costa fueron saboteados con clavos miguelito en la ruta. Esta fue una artimaña más del oficialismo, que en pos de seguir perpetuándose intentaron entorpecer la elección hasta el borde del ridículo. Mandaban a la barra a apretar y hasta el propio Román, enojado como nunca dijo "son tramposos". Pero luego, pese al calor y el fastidio de muchos hinchas que debieron esperar dos horas o más para votar, empezó a llegar cada vez más gente. A las dos de la tarde ya habían votado más de 21.000 socios, una locura y ya se vislumbraba que sería récord histórico. Terminaron siendo más de 38.000, y no fueron más porque mucha gente quedó afuera, otros se cansaron, y los que no pudieron llegar por los sabotajes. Sino hubiéramos llegado a los 40.000 de mínima que pedía Román. Cuando empezó el recuento de votos, Ameal siempre aventajó a Gribaudo, y hasta le ganó por 200 votos en el interior, uno de los  núcleos más fuertes del oficialismo. La categoría de damas decretó una paliza histórica de la oposición, y el candidato de  Angelici sólo se pudo imponer en vitalicios, donde achicó un poquito el margen que se volvió a ampliar por afano en activos, que representan más de la mitad del padrón electoral. Fueron  20.045 votos los que cosechó Ameal (52%), 11.607 Gribaudo (30%) y 6225 José Beraldi (16%). A pesar de todos los atropellos del oficialismo, les salió el tiro por la culata y sufrieron una contundente e histórica derrota. Porque después de muchos años de macrismo (muchos exitosos, es cierto), el club tendrá un nuevo modelo de conducción. Desde aquél 3 de diciembre de 1995, día en que Mauricio Macri le ganó las elecciones al recordado Antonio Alegre, han pasado 24 años. Ese día Boca perdió de local 6-4 con Racing y el Vélez de Bianchi le terminó arrebatando un título que ya lo tenía casi en el bolsillo.                                                                                                                                                                               Ayer quedó demostrado que cuando la Bombonera se mueve, late y habla, no hay que subestimar al hincha. Porque más allá de la genial y decisiva aparición de Riquelme, la gente se cansó de ustedes. Porque podés tener superávit y tener ordenadas tus finanzas, pero de nada sirve si los que llenan sus vitrinas internacionales son los eternos rivales. Porque podés contar con mucho poder, pero de nada sirve si nunca lo usás en beneficio del club. Porque cerraron disciplinas, convirtieron al club en tierra de nadie, maltrataron y escupieron a los socios. Porque deportivamente hemos sufrido las peores derrotas de nuestra historia, especialmente frente a River, que nos limpió de todas las competiciones con ayuda de la Conmebol en su mayoría y encima entre ellas una final local y otra de Libertadores. Porque trajeron a Bianchi para después echarlo, vaciaron a Román y después lo empujaron a retirarse en Argentinos, privándonos a nosotros de su magia y de ese privilegio. Porque trajeron a un ídolo sólo porque les era funcional a ustedes y se aseguraron cuatro años nefastos más, en los que sólo les faltó mandarnos a la B. Porque ustedes no quieren a Boca, fueron incapaces de retener jugadores de jerarquía para ganar la Copa, dejándolos ir a clubes chicos de Europa y encima no traen reemplazantes a esa altura. Porque la noche del gas pimienta le permitieron a D´Onofrio entrar al campo de juego como si nada cuando no tenía nada que hacer ahí. Porque los periodistas partidarios fueron mulos de ustedes, jamás alzaron la voz ante las aberraciones que pasaban en el club. Porque tuvimos que ir a jugar una final de Libertadores a otro continente después de que el plantel sufrió un intento de asesinato. Por todo eso y mucho más, ustedes van a ser recordados como la peor dirigencia de la historia, y ojalá que nunca más vuelvan a pisar el club.  Y a Angelici especialmente le digo, la gente de Boca te va a hacer sentir el repudio de acá hasta que el diablo te lleve. Vos sos hincha de Huracán, no de Boca, y todo el mal que le hiciste a nuestro club algún día lo vas a pagar. La condena popular xeneize ya la sufriste ayer y la vas a seguir sufriendo para siempre. Ojalá los declaren personas no gratas a vos y a tus secuaces, por todo el daño que nos hicieron.                                                                                                                                                                                                              Y ahora es el momento de agradecerte a vos Román...o debería empezar agradeciéndole a tu pibe Agustín, que el mismo día que perdimos en Madrid, hace exactamente un año te dijo "tenés que volver", gracias nene, merecés otra estatua al lado de la de tu viejo. Gracias por cranear una jugada tan maestra, primero juntándote con el oficialismo, después pidiendo unidad y en el último día que se cerraron las listas, tirar el bombazo de que ibas con la oposición. Gracias por volver al club, involucrarte cuando podrías estar disfrutando de todo lo que lograste, del cariño de nosotros. Pensar que yo te he criticado en tu última etapa y hoy te pido perdón y te agradezco por haber sacado para siempre a la peor dirigencia de la historia. Te intentaron ensuciar, pero el amor del pueblo te hizo volver al club. Porque sólo algo tan genuino podía vencer al demencial aparato político que ostentaba el oficialismo y ése fuiste vos. Que encima venís con el querido Patrón Bermúdez, Seba Battaglia, el Mosquito Cascini y tu inseparable amigo el Chelo Delgado. Gracias por involucrarse, gracias Román por terminar con esta pesadilla, gracias. Te amamos. Y gracias a los miles de socios que hicieron volver al ídolo máximo. Gracias por demostrarme que a pesar de que estos dirigentes nos destruyeron, no perdimos toda la identidad. Le ganamos a los ricos, a los chetos macristas, le ganamos a la corrupción de Angelici y hasta a la barra. Gracias a los que votaron la única salida posible para no convertirnos en una SAD pronta a ser un ex club. Y a los que votaron al oficialismo, que Dios los perdone. Nada más.                                                                                                                                                                                                                                                                                                        En fin, ahora empieza una etapa totalmente nueva, Ameal y Pergolini, junto a su equipo de trabajo, entre los que se encuentra Roberto Digón, se tendrán que encargar de gestionar las finanzas, abrirle la puerta al socio, abrir disciplinas en el club, y de la mano de Román, que se encargará del fútbol y el Patrón que será seguramente el manager, conformar un equipo que nos represente y nos dé alegrías. Battaglia, el Chelo y Cascini aportarán desde donde les toque y en ellos confiamos para recuperar la Identidad Xeneize. ¡Bienvenidos ídolos! Gracias por esta alegría.                                                                                                                                                                                                                              Ah, me olvidaba, ¿ustedes quieren saber cómo salió Boca en Arroyito ante Central? Perdimos 1-0, en el último partido de Gustavo Alfaro, pero bueno, después perdió River y seguimos punteros, no importa. Riqueeeeeelme, Riqueeeeeelme.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                               

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