domingo, 13 de octubre de 2024

Racconto de entrenadores

 Fernando Gago es el nuevo técnico de Boca. Y tenía ganas de hablar de los entrenadores que pasaron por el club en los últimos 30 años, desde la ida de César Luis Menotti a fines del Apertura 1994, cuando perdió el Superclásico 3-0 en la Bombonera. En el medio disputó la Supercopa (torneo que disputaban los campeones de la Copa Libertadores). Eliminó sucesivamente a Peñarol, a River por penales y al San Pablo, pero perdió la final con Independiente en Avellaneda con un golazo de Rambert tras haber igualado 1-1 de local.

Para 1995, llega Silvio Marzolini. Prócer como jugador, elegante lateral izquierdo. Ya había sido campeón en el Metro 81 como DT, con un gran equipo liderado por Diego Armando Maradona y Miguel Ángel Brindisi. Pero no pudo repetir. No peleó de lleno el Clausura 95 y para el Apertura le armaron un plantel espectacular, con nada menos que la vuelta del Diego (luego de la suspensión por dóping en el Mundial 94) quien trajo consigo a Claudio Paul Caniggia. Además de otros refuerzos importantes como el Kily González y Darío Scotto. Boca le llegó a sacar seis puntos de ventaja al Vélez de Carlos Bianchi, todo era fiesta, pintaba para vuelta olímpica. Y acá me detengo: antes de la llegada de Marzolini, el vicepresidente Carlos Heller se juntó con el Virrey y tenían todo acordado. Pero el presidente Antonio Alegre quería un hombre del riñón del club de cara al año eleccionario. El resultado es conocido: Boca se cayó a pedazos tras perder en la Bombonera 6-4 ante Racing; ese día Mauricio Macri le ganó las elecciones a Don Antonio y el Fortín de Villa Luro terminó festejando dos fechas después en la cancha de Independiente, mientras el Xeneize terminaba su campaña en una Bombonera semivacía y con banderas crudas que reflejaban la amargura por perder ese torneo.

El primer DT que eligió Macri fue una apuesta fuerte: Carlos Salvador Bilardo. Peleó el Clausura 1996 hasta donde pudo, con Caniggia, Diego y Juan Sebastián Verón como figuras excluyentes, pero en el medio tuvo que afrontar una gira inoportuna por China y se cayó a pedazos. Para el segundo semestre se fueron la Brujita, el Kily, Cani, Diego, Gamboa, Mac Allister, Carrizo, casi se va Navarro Montoya, a quien limpió a fines de ese año. Y terminaron llegando 18 jugadores nuevos, entre ellos: Rambert, Latorre, Guerra, Pompei, Cáceres, Pineda, Carrario, Cagna, Toresani, Cedrés, etc. Y terminó en mitad de tabla en el Apertura donde el River de Ramón Díaz, que incluso ese año ganó la Libertadores, fue campeón indiscutido. Lo único positivo de su ciclo fueron las dos victorias en los Superclásicos, ambas en la Bombonera: 4-1 (con triplete de Caniggia) y 3-2 con el nucazo de Hugo Romeo Guerra sobre la hora. Y que hizo debutar a Juan Román Riquelme en un triunfo contra Unión. Pero nada más.

El siguiente DT fue el Bambino Veira y le tocó atravesar un proceso de renovación. En su primer torneo anduvo mal, pero logró que Diego y Caniggia volvieran al plantel. Para el segundo semestre de 1997 llegaron varios jugadores que se convertirían en próceres: Córdoba, Bermúdez, Samuel, Guillermo Barros Schelotto (que vino en combo con su hermano mellizo), Palermo...en ese Apertura le ganó 2-1 a River en el Monumental en el último partido del Diego y con gol decisivo de Martín, pero perdió el torneo por un punto ante el equipo de Ramón, que encima ese semestre abrochó la Supercopa. Se mantuvo un tiempo más, pero arrancó el 98 agarrándose a trompadas con Gustavo Barros Schelotto, perdió autoridad y se terminó yendo antes del cierre del Clausura, donde al menos le ganó a River.

En medio del interinato de García Cambón, el principal candidato de Macri era Daniel Alberto Passarella, que luego del Mundial de Francia se iba de la selección argentina. Pero la resistencia de la gente a la llegada del Kaiser y la cercanía con las elecciones de 1999 hizo repensar al presidente y lo fue a buscar a Carlos Bianchi, que no necesita presentación. Primero hizo limpieza: Caniggia, Fabbri y Latorre, out. Luego armó un equipazo: le dio la continuidad que necesitaban a Riquelme y Samuel, potenció a Chicho Serna y Cagna y explotó al máximo la dupla de ataque del Mellizo Guillermo y Palermo. Apertura 98 invicto, bicampeonato en el Clausura 99 con épico triunfo ante River y récord de 40 partidos invicto. Luego, la Copa Libertadores con eliminación a River incluída, la Intercontinental ante el Real Madrid, con doblete de Martín y lo que ya sabemos, el bicampeonato de América, la pelea con Macri y su plantón en la conferencia de prensa, el robo ante el Bayern Munich. En el medio, el Maestro Tabárez tuvo que transitar una segunda etapa en medio de una renovación de jugadores. Al no lograr un título, la gente pidió por la vuelta del Virrey, que con un plantel renovado con algunos históricos logró otra Libertadores, con Carlos Tevez como principal figura. Y posteriormente la Copa Intercontinental ante el Milan por penales, con el Pato Abbondanzieri como el héroe. Al año siguiente volvió a llegar a la final de la Copa, con otra emocionante eliminación ante River, pero perdió por penales ante el casi ignoto Once Caldas. Bianchi rompió relaciones con Macri, y renunció a los pocos días, habiéndose convertido en el técnico más ganador de la historia del club, con 9 títulos. Su paso como manager y su tercera etapa como DT la vamos a obviar: no fue exitosa, pero no empaña los logros anteriores. Cuatro torneos locales, tres Copas Libertadores, dos Intercontinentales. Carlos Bianchi es nuestro Dios.

A mediados del 2004, el sucesor del Virrey fue Miguel Ángel Brindisi, que como DT de Independiente y Racing nos cagó varios campeonatos. No estuvo a la altura: perdió la Recopa por penales ante Cienciano, no tuvo onda con los referentes y encima le dio vacaciones a Tevez en medio del campeonato. Se termina yendo tras una derrota en el Monumental. Curiosamente no perdió ningún partido de local en su breve ciclo. Lo bueno es que seguíamos vivos en la Copa Sudamericana, donde asume interinamente el Chino Benítez, la gana, lo confirman en el cargo y se termina yendo eliminado de la Libertadores, con pavorosa goleada en contra en México y escupiendo un jugador rival en la Bombonera.

A mediados del 2005 llegó Alfio Basile. El Coco, con su impronta y estilo ofensivo, armó un equipazo. La sangre joven y el buen fútbol del Cata Díaz, Gago, Bilos, el Pocho Insúa y Rodrigo Palacio fueron el complemento ideal para los ídolos/ referentes como Abbondanzieri, el Flaco Schiavi, el Negro Ibarra, Battaglia y Palermo. Salió un equipo de memoria que ganó el bicampeonato local, retuvo la Sudamericana y obtuvo dos Recopas (ante Once Caldas y San Pablo). Cinco jugados, cinco ganados, un ciclo espectacular interrumpido por el inoportuno llamado de Julio Grondona para que vuelva a dirigir a la selección. Boca se perfilaba para ganar de taco el tricampeonato, pero eligieron a La Volpe y chocó la Ferrari perdiendo el torneo de manera insólita a manos de Estudiantes.

Tras semejante golpazo, el elegido fue Miguel Ángel Russo, que tuvo la ventaja de contar con la vuelta de Juan Román Riquelme, pero la supo aprovechar. Se ganó el respeto de todos los referentes, le dio vuelo a Ever Banega y no le tembló el pulso con nadie. Boca volvió a ganar la Copa Libertadores con un Román brillante, tal vez su mejor versión. Pero luego los dirigentes no movieron un dedo para retenerlo, el equipo bajó el nivel, la relación de Miguelo con el plantel se desgastó y se terminó yendo tras perder la final del Mundial de clubes con el Milan.

Para el 2008 el elegido fue Carlos Ischia (ayudante de Bianchi en su primer ciclo) y ya sin Macri como dirigente xeneize, Pedro Pompilio compró a Román. Boca llegó a semis de Libertadores y perdió ante Fluminense. En el segundo semestre obtiene la Recopa ante Arsenal (el último logro internacional hasta la fecha) y se queda con el Apertura de manera heroica y accidentada, sufriendo la rotura de Palermo, la pubialgia de Palacio, peleas internas y hasta la muerte de Pompilio. Así y todo, empezó a levantar ganando 1-0 en el Monumental a un River que venía de ser campeón y terminó último. Y forzó un triangular ante el San Lorenzo de Russo y el Tigre de Diego Cagna, y se lo llevó por diferencia de gol. En el 2009 el presidente heredado, Jorge Amor Ameal llevó a Bianchi como manager, a Ischia se le empezó a dar vuelta la taba y se tuvo que ir tras un flojísimo semestre que incluyó una vergonzosa eliminación en 8vos de final de Libertadores ante Defensor Sporting en la Bombonera. Luego volvió el Coco Basile, que venía desgastado de la selección, pero no repitió su brillante primer ciclo y se terminó yendo tras perder un clásico de verano ante River, en medio de una bronca interna porque no le traían refuerzos.

El año 2010, con Alves y luego con Borghi fue lamentable, de sólo recordar la cantidad de jugadores falopa que trajeron y que nos ganaba cualquiera, se me revuelve el estómago. En el 2011 asume Falcioni y tras un primer semestre irregular que coincide con el retiro de Martín Palermo y el descenso de River a la B Nacional, armó un plantel bárbaro que ganó invicto el Apertura y llegó a la final de la Libertadores, con Orión, Schiavi, Erviti, Cvitanich, Somoza, Rivero, etc. En el medio ganó la Copa Argentina, pero tras la ida de Riquelme post Corinthians, el nivel del equipo decayó y empeoró su relación con la gente, que lo insultó en el último partido del año. Ante esto, Angelici se vio obligado a ir a buscarlo a Bianchi, cuya tercera etapa fue un fracaso. Tuvo resultados pavorosos como el 1-6 ante San Martín de San Juan, fue anteúltimo en un torneo local y no peleó nada, al margen de la cama que le hicieron.

El Vasco Arruabarrena fue el siguiente. Formó un equipo con muchos momentos de buen juego, ganó un torneo local y una Copa Argentina, pero fue alevosamente perjudicado en dos series internacionales ante el River de Gallardo. Perdió 0-4 una final ante San Lorenzo y quedó colgado del pincel. La nula banca de los referentes (que ya encabezaban Tevez y Gago) hizo el resto. Luego vino Guillermo Barros Schelotto, de quien no necesito decir que perdió dos finales ante River. Pero solamente por ser un prócer de Boca se sostuvo en el cargo luego de una vergonzosa eliminación ante Independiente del Valle. En el medio obtuvo el bicampeonato local y su Boca tuvo cierta identidad, pero siempre quedó preso de sus caprichos, además de nulo apoyo dirigencial. Después vino Gustavo Alfaro, con la difícil misión de devolverle el carácter y la enjundia al equipo después del cimbronazo de Madrid, pero sólo lo logró en cuentagotas y también fue eliminado ante el River de Gallardo. El cambio de dirigencia, con el triunfo de Ameal- Riquelme, trajo la vuelta de Miguelo Russo, que en ese sprint final logró arrebatarle el campeonato a River en la última fecha ante el Gimnasia de Diego Armando Maradona en la Bombonera y con gol de Tevez. La pandemia frenó el envión y luego logró la Copa Maradona (se llamó así tras la muerte de Diego), pero mermó el nivel del equipo y también influyeron las cangrejeadas y robos en la Copa Libertadores. Las etapas de Battaglia, Ibarra, Almirón y Martínez no las voy a repasar, están muy frescas. Repasando:

Silvio Marzolini (1995, segunda etapa) 83 partidos: 40 G, 26 E, 17 D

Carlos Salvador Bilardo (1996) 42 partidos: 19 G, 11 E, 12 D

Héctor Veira (1997-1998) 55 partidos: 24 G, 17 E, 14 D

Carlos Bianchi (1998-2001; 2003-2004 y 2013- 2014) 349 partidos: 181 G, 97 E, 71 D

Oscar Washington Tabárez (2002, segunda etapa) 167 partidos: 82 G, 53 E, 32 D

Miguel Ángel Brindisi (2004) 18 partidos: 7 G 5 E, 6 D

Jorge Benítez (2004-2005) 36 partidos: 14 G, 10 E, 12 D

Alfio Basile (2005-2006; 2009) 76 partidos: 42 G, 20 E, 14 D

Ricardo La Volpe (2006) 17 partidos: 10 G, 2 E, 5 D

Miguel Ángel Russo (2007; 2020-2021) 115 partidos: 57 G, 33 E, 25 D

Carlos Ischia (2008-2009) 83 partidos: 41 G, 20 E, 22 D

Abel Alves (2010) 18 partidos, contando interinatos anteriores: 3 G, 6 E, 8 D

Claudio Borghi (2010) 12 partidos: 4 G, 2 E, 6 D

Julio César Falcioni (2011- 2012) 96 partidos: 44 G, 37 E, 15 D

Rodolfo Arruabarrena (2014- 2016) 75 partidos: 47 G, 13 E, 15 D

Guillermo Barros Schelotto (2016- 2018) 115 partidos: 62 G, 30 E, 23 D

Gustavo Alfaro (2019) 50 partidos: 27 G, 16 E, 7 D

Sebastián Battaglia (2021-2022) 57 partidos: 29 G, 17 E, 11 D

Hugo Ibarra (2022-2023) 36 partidos: 20 G, 7 E, 9 D

Jorge Almirón (2023) 43 partidos: 17 G, 13 E, 13 D

Diego Martínez (2024)  45 partidos: 20 G , 15 E, 10 D

Ojalá te vaya bien Gago...


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