miércoles, 10 de octubre de 2018

El retiro de un pilar de la era Bianchi: Nicolás Burdisso dijo adiós.

Hoy nos desayunamos con la noticia de que Nico decidió retirarse del fútbol, a los 37 años de edad. Un marcador central que no necesitó poner cara de malo ni pegar patadas para infundir respeto en la defensa.

El oriundo de Altos de Chipión, Córdoba, debutó en Primera de la mano de Carlos Bianchi, justamente un día como hoy, 10 de octubre, pero de 1999. Tenía 18 años. Fue en el triunfo 2-0 ante Instituto con un doblete de Martín Palermo, y desempeñándose como lateral derecho, ante la ausencia de Hugo Ibarra. En esos tímidos comienzos, tuvo pocos minutos, ya que el Virrey solía llevar de a poco a los chicos de la cantera, y además la dupla central de titulares era inamovible con Bermúdez- Samuel. Cuando se fue Walter, a pesar de que el puesto quedó en manos de Matellán, adquirió un poco más de rodaje. Pero ya se daba el gusto de vivir momentos inolvidables en aquél equipo que ganó todo. Salió en la foto del festejo de Palermo en el recordado muletazo a River, en la Copa Libertadores, detrás de él junto al por entonces también juvenil Battaglia. Y ya una vez obtenido el certamen continental, Bianchi lo llevó a Japón para el partido contra el Real Madrid y lo premió haciéndolo entrar en los últimos tres minutos para aguantar el 2-1. El propio Nico, en una entrevista con El Gráfico contó que ni tocó la pelota, pero corrió al brasileño Savio hasta su casa. En aquél entonces todavía vivía en la pensión del club y sus compañeros se emocionaron por la histórica victoria y por su, tal vez, sorprendente ingreso.

En el 2001 se empezó a afianzar y convitió sus primeros goles en ambos partidos consecutivos (a Newells y a Racing). Fue titular en la final de ida vs Cruz Azul en México haciendo dupla con Bermúdez y la rompió. Tras la ida del Patrón y de Matellán, con la llegada de otro defensor rudo como Rolando Schiavi, se convirtió en indiscutido, jugando la Intercontinental frente al Bayern Munich y ni el cambio ocasional de técnico ni la llegada posterior de Diego Crosa pudieron desbancarlo. Para el Maestro Tabárez también fue un jugador importante.

En el 2003 volvió Bianchi y logró alzarse otra vez con Copa Libertadores, Apertura e Intercontinental. Y esta vez Nico fue pieza clave en dupla con el Flaco. Hasta se dio el lujito de convertir un gol de taco a Nueva Chicago. En el 2004, su gol al Once Caldas en Manizales, en la final de la Copa Libertadores fue sólo un suspiro de alegría en una noche triste, donde falló un penal en la definición perdida increíblemente. Pero en la heroica semifinal contra River en el Monumental, en la tanda de penales convirtió justo antes de la atajada de Abbondanzieri a Maxi López.

Su carrera siguió en Italia, en el Inter, la Roma, Genoa, para finalizar en el Torino. Jugó en la selección argentina, donde disputó los Mundiales de Alemania 2006 y Sudáfrica 2010. Donde ganó el Mundial Sub 20 del 2001 y la Medalla de Oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Y recordado por ser el único que se animó a decirle a Lionel Messi (ni más ni menos) que no corría. Muchas veces se habló de un regreso a Boca, pero no fue más que un coqueteo. Su hermano Guillermo jugó en el club entre el 2012 y 2015, pero lamentablemente estuvo muy lejos de repetir su inigualable campaña.

Jugó 164 partidos en Boca y convirtió 6 goles. Logró siete títulos: Copas Libertadores 2000, 2001 y 2003; Copas Intercontinentales 2000 y 2003 y Aperturas 2000 y 2003. Un ganador.  Nos hubiera gustado que se retire en Boca, pero bueno...Que seas muy felíz Nico. Muchos éxitos en lo que emprendas. Boca siempre será tu casa.

Diario Olé




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