jueves, 2 de mayo de 2019

Boca 0 (6)- Rosario Central 0 (5)

Estoy muy contento. Desahogado. Ronco de tanto gritar con mis compañeros de la radio. Tal vez esto no dé para grandes festejos, pero sí es un desahogo enorme y significa sacarse una mochila de mil kilos de cemento. Porque la maldición de la Supercopa argentina se fue a la puta madre que lo parió. Porque este plantel demostró carácter para jugar esta final, por más que haya sido ante un rival muy flojo, porque le puso la chapa y fue muy superior. Sólo por cuestiones de puntería se alargó el sufrimiento y se hizo justicia. Porque tenemos un entrenador, que es todo un caballero y que demostró tener las pelotas bien puestas para poner el equipo que él consideraba mejor. Que los putos periodistas (qué veneno que deben tener hoy, manga de forros ensobrados) le achacan cuestiones que tienen que ver con lo estético, pero que viene consiguiendo resultados positivos gracias a su seriedad y profesionalismo. Todo a pesar de la mala leche, los palos, el gol que no nos cobran, gracias a que patearon muy bien los penales y al enorme Flaco Andrada, que se lució con un atajadón a Rinaudo que me hizo acordar al penal que le atajó Córdoba al Tino Asprilla en la final de la Libertadores 2000. Por los que recién llegaron y ya son campeones (López y Marcone, fieras hoy) y por los que venían sufriendo el puto estigma de las finales perdidas. Por eso y por muchas cosas más, este plantel se sacó un peso enorme de encima y es supercampeón.

Boca fue muy superior a Central, que desde el principio se metió atrás y le cerró todos los caminos con su línea de cinco. Costó muchísimo generar situaciones de gol, las más claras fueron un desborde de Villa que prefirió darle el pase a Benedetto en vez de a Mauro que venía de atrás, un mano a mano del colombiano y otro de Nández en el segundo tiempo, sin contar los palos y el gol que le anulan mal a Pavón, tras un remate que pegó en el travesaño y picó adentro. Los de Cocca tuvieron la suya en el primer tiempo: un remate de afuera de Villagra que el Flaco se lució mandando al córner. Destaco que Marcone hoy levantó el nivel y el equipo se mostró muy comprometido y equilibrado. Y Mauro le puso el corazón a un duelo friccionado y cortado y aportó su fútbol mientras estuvo en cancha. Merecimos ganar por lo hecho en los 90 minutos, pero venimos tan salados en finales (o veníamos) que la pelota no quiso entrar. Con mis amigos nos preguntábamos si por ahí no había quedado alguna promesa sin cumplir...la verdad que no merecíamos este sufrimiento. Yo casi me descompongo al final, no daba más de los nervios.

Pero en los penales, la moneda cayó para nuestro lado, y a decir verdad costó, porque ellos pateaban primero, y muy bien y convertían. Yo le tenía una fe ciega a Andrada, él en Lanús había atajado penales, pero iba a contramano en casi todos. Por Boca patearon (muy bien) Benedetto, Tevez, Pavón, Villa y Buffarini, pero íbamos al uno y uno.

El turno del sexto penal para Central era responsabilidad de Rinaudo. Pero ahí apareció el Flaco Andrada, estirándose cuan largo es en la noche mendocina y lo atajó bárbaro a su derecha: como corolario del suspenso, la pelota rozó el travesaño y salió. Este arquerazo hoy es el mejor del fútbol argentino sin tener la prensa de Armani. Hoy volvió a demostrar más que nunca que con él tenemos arquero para cinco o seis años más en Boca. Gracias, mil gracias Flaco, ojalá te quedes a vivir. Yo nunca perdí la fe de que atajes uno y no me fallaste. Sos un crack... Y el turno del Cali Izquierdoz para Boca. Y convertirlo y desahogarse en un grito de Boca campeón que nos hacía falta, por desahogo más que por festejo. Hoy debo decir que el plantel dio una muestra de carácter que se tenía que dar. Muchos van a decir que no le ganamos a nadie, pero no es poca cosa imponer condiciones en una final para un plantel que venía golpeado. Les agradezco que hayan dejado todo. Y también que hayan asegurado los penales a los que les tocó, todos patearon bárbaro...

Le agradezco a Gustavo Alfaro, por haber tenido las pelotas bien puestas para poner a los once que mejor estaban, tal como se reclamaba. Por poner el escudo adelante del nombre, por su buen planteo y por el convencimiento que se ve que está logrando en el plantel. Este título seguramente le dará muchísima más tranquilidad para seguir trabajando. Y yo sigo pensando que él a la larga nos puede devolver la identidad perdida. Y no me quiero olvidar del mentor de su llegada, el manager Nicolás Burdisso. Gracias Nico por haberlo elegido, yo no me olvido que el Tano traidor quería a Mohamed y vos te plantaste y fuiste por Gustavo. Esto también es tuyo, y más que nunca. Vos sí querés a Boca de verdad.

La verdad que estoy bajo un poco de emoción violenta todavia, pero no pude aguantarme las ganas de escribir. Me voy a dormir ronco y feliz, contento de haber podido vivirlo con mis amigos y compañeros en Santa Clara. Me voy a dormir agradecido y una vez más orgulloso de ser hincha de este club. Este desahogo ojalá sea la primera alegría nomás...ahora el domingo tendremos la revancha contra Godoy Cruz, buscando los cuartos de final de la Copa de la Superliga, y luego Paranaense para meterse en octavos de la Libertadores. Esto es largo y sigue. Pero estoy seguro que ahora este plantel va a jugar más tranquilo. ¡SOMOS CAMPEONES CARAJO!

P.D: ¡¡¡¡¡¡Boca ya salió campeóoooon, Boca ya salió campeóoooon, se lo dedico a la corpo, la reputa madre que los re parió!!!!!!!




Meridiano






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