jueves, 9 de mayo de 2019

Boca 2- Atlético Paranaense 1

Cuando no aparece el buen juego, aparece eso que empieza con H. Cuando no se acierta con la formación inicial, en el complemento el trabajador serio mueve las fichas y refresca al equipo. Cuando parecíamos un equipo anodino, inconexo y flaco hasta de respuestas anímicas, de golpe el corazón xeneize bombea más fuerte y late más rápido. Este equipo podrá no jugar bien a veces, pero cuando no se puede jugar bien, hay que dejar todo. Y así, Boca obtiene una victoria agónica que lo clasifica primero en el grupo G. G de Ganador, G de Grandioso con un verdadero golazo del hombre que le cambió la cara al conjunto de Alfaro: Carlos Tevez.

Salvo los primeros quince minutos, donde se generaron situaciones claras de gol, fue un partido muy flojo de Boca. La ausencia de Bebelo Reynoso, más la suplencia de Tevez, lo dejó huérfano de un socio a Zárate, para colmo Villa se preocupó más por defender que por atacar y Almendra estaba desaparecido; menos mal que este pibe primero se va al Sub 20 y después supuestamente lo van a vender, porque me genera urticaria verlo. Para colmo los brasileños de a poco se fueron soltando, y si bien no inquietaban a Andrada, por momentos manejaron la pelota con criterio. Antes del descanso se lesionó Benedetto y tuvo que entrar Wanchope. Partido muy duro en una cancha muy pesada y en no tan buen estado, ya que llovió intensamente horas antes del inicio.

En el segundo tiempo Boca intentó tomar el protagonismo, pero fue un cúmulo de imprecisiones que no le permitió generar chances claras en el inicio. Y costó imponer condiciones, Paranaense empezó a manejar la pelota (no le cobraron un penal por mano clarísima de Buffarini) y encontró el gol (Ruben) en una pelota parada tras una floja salida de Andrada. Pero Lechuga movió el banco y entraron Tevez y Pavón, que hoy le cambiaron la cara al equipo. Mauro por fin tuvo un socio y empezó a arrinconar a los brasileños. Y enseguida llegó el empate con una arremetida de Licha López, que en el primer tiempo se había perdido un gol clarísimo. Tevez se siguió adueñando del fútbol como poquísimas veces desde su vuelta de China y Wellington le metió un planchazo que le valió la merecidísima roja. Pavón inquietó con sus desbordes, Buffarini subió como en todo el partido, Marcone empujó y se adelantó en el terreno. Es obvio que faltaba fútbol, pero el coraje se hacía ver y seguía buscando ganar el partido sin especular en lo más mínimo. Le anularon bien un gol a Nandez, que se volvió a tragar la cancha con un despliegue y bancándose un golpe de entrada. Y en el descuento, Tevez aprovechó un rebote y como venía, la clavó al lado del palo. Un verdadero golazo, para ganar un partido dificilísimo, para sellar la clasificación como líder del grupo, para hacer explotar a la Bombonera que se volvió a mostrar con un marco impresionante, a diferencia de otros estadios. Somos lo más grande que hay...Ahora, a este Tevez dámelo siempre. A un Tevez hambriento, que sume aún estando en el banco, consciente de sus  limitaciones físicas y con resto para hacer lo que hizo hoy. A éste quiero...éste es el Tevez que suma.

Bravo por Alfaro, que movió bien el banco y nunca quiso especular con el resultado, como preguntaron los puteriodistas estúpidos, por si queríamos evitar a River. Este equipo no tiene miedo de enfrentar al Campeón de América que aún así sigue sin llenar su cancha, ni a nadie. Por supuesto que hacen falta algunos refuerzos de jerarquía, que al equipo le falta futbolísticamente. Pero yo confío en este entrenador. Y no le tengo miedo a nadie. Ahora habrá que enfocarse en el cruce contra Vélez en la Copa de la Superliga, después, en octavos de la Libertadores, que venga el que sea. Que vengan a definir a la Bombonera. ¡Vamos Boca carajo!



Mundo D- La Voz





No hay comentarios:

Publicar un comentario