Y una vez más, la chapa copera se hizo sentir. En medio de una desastrosa performance en el torneo local, el conjunto de Bianchi eliminó al campeón del Mundo en su casa y ya está en cuartos de la Libertadores.
El equipo argentino le sacó el ritmo a los brasileños en el primer tiempo. De la mano del siempre luchador Erviti y del talento del regresado Riquelme, maniató al campeón de América y jugó con la decisión que no había tenido en la final del año pasado. Claro que se vio favorecido por un par de gruesos errores del juez Amarilla cuando el partido aún estaba 0-0 (mano-penal de Marín; era segunda amarilla y expulsión) y un gol anulado a Romarinho (error gravísimo: estaba casi un metro habilitado).
Pero un minuto después de esta acción, apareció el 10 azul y oro. Sí, el mismo que dijo sentirse vacío y se fue del club tras la final. Juan Román Riquelme, tras tocar con Erbes, sacó un derechazo potente y preciso, en comba, desde la derecha, que se coló por detrás del arquero Cassio, en el ángulo derecho. Un golazo tremendo para empezar a sellar la clasificación (y la venganza).
En el ST, el local salió con todo contra el arco de Orión, que tuvo tapadas tremendas, antes y después del empate de Paulinho. A propósito: qué gran momento el de Agustín. Más allá de las fragilidades defensivas (aunque ayer Caruzzo y Burdisso rindieron) el ex Estudiantes siempre mantuvo una regularidad y se muestra cada vez más solvente e inmenso. Orión es una de las razones más certeras de por qué este Boca sigue en carrera en la Copa. Porque cuando lo exigen, responde siempre. Y supo sobreponerse a defensas frágiles y vacilantes.
Y otra pieza clave de este Boca de Bianchi, como lo fue en el de Falcioni, es Walter Erviti. Porque derrama sacrificio, porque ayer corrió a Paulinho y todo brasileño que se le cruzó hasta abajo de la cama, porque ha jugado partidos sin estar al 100% y siempre ha dejado todo, aún a riesgo de romperse. Por fin todos los hinchas lo están empezando a valorar, y muy merecido lo tiene.
Volviendo el partido, el complemento mostró a las claras la desesperación del Timao, que sólo inquietó los primeros 10 minutos. Luego apareció Orión para bajar la cortina, aunque hubo tiempo para algun gol increíblemente errado, como el de Pato. Boca pudo haber hecho alguno más en los pies de Blandi, pero el goleador no estuvo certero. Bianchi metió gente para aguantar, y vaya si lo aguantó.
Ahora, en cuartos de final le tocará Newell´s, el puntero del Final, que ayer eliminó a Vélez. En medio de un pobre torneo local, hasta ahora los de Bianchi tienen nafta para brindarles alegrías a sus hinchas en esta Libertadores. Eliminó al campeón reinante y vengó la afrenta del año pasado, demostrando que si jugaba así, le hubiera ganado. Nada le quitará lo ganado al Timao. Pero la sensación que quedó en los hinchas xeneizes, es que la historia hubiera sido diferente si hubieran mostrado la enjundia de anoche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario