Se necesitaba ganar urgente. Tras las acusaciones de Pablo Ledesma a Agustín Orión en una bochornosa conferencia de prensa, tildando al arquero de alcahuete y que terminó en un escándalo el viernes, cuando Agustín lo esperó en el vestuario y lo molió a trompadas. Un vestuario más fracturado que nunca, que terminó con el volante con el ojo en compota. La conferencia posterior de Riquelme, amenazando con no hablar más con la prensa si no les otorgaban pruebas sobre el supuesto "buchón del grupo". Tras esto, Boca hizo de tripas corazón, venció a la Academia y les regaló un triunfo a los hinchas, que es lo que más importa.
Boca jugó un primer tiempo aceptable. Con un Gago que se acercó a su nivel habitual, más un S. Miño picante y las peligrosas subidas de Insúa, logró complicar a un Racing que fue puro barullo y pelotazos sin sentido para los chiquititos Hauche y Viola. Y logró un gol a los 20 minutos pasados, cuando Insúa y S. Miño partieron de su propio campo a toda velocidad, Gigliotti que la aguanta, el 3 llega al fondo, engancha con el taco y toca atrás para Miño que clava un derechazo inatajable para Saja. Un contragolpe maestro para el 1-0. No abundaron jugadas de peligro en el primer tiempo, pero Boca era levemente superior a los de Mostaza.
En el complemento, Racing salió con todo y Boca, inconscientemente se metió atrás. Claro, no ayudaba el flojo nivel de un Riquelme que estuvo todo el partido parado, buscando aire, y sin poder aguantar la pelota. Primero Orión esta vez usó sus manos para taparle un cabezazo genial a Saveljich, que en el rebote Vietto cabeceó al travesaño. Después, Zuculini, solo, cabeceó por arriba del travesaño. Y enseguida, el Cata Díaz le estrujó la camiseta en un córner a Saveljich en las narices de Trucco, y el juez cobró penal. El Chino Saja, increíblemente goleador de Racing en el torneo, decretó el empate.
Y cuando Boca estaba más para perderlo que para ganarlo, apareció la lucidez de Bianchi para sacar a Riquelme y poner al chico Acosta, lo cual cambió el esquema táctico de un solo delantero. Y enseguida cambió el ritmo y dejó solo a Gigliotti con Saja. El arquero le tapó el mano a mano, pero no pudo evitar el rebote que le quedó servido al Pichi Erbes. 2-1 y a festejar. A partir de ahí, Racing se enfrió y los de Bianchi aguantaron el triunfo con oficio.
Tras una semana terrible, con internas imposibles de recomponer en éste frenético Mundo Boca, los del Virrey lograron su segunda victoria consecutiva en el torneo (que no es poca cosa) y ya relojean los primeros puestos. De ellos dependerá seguir así. Si siguen sacando fuerzas para ganar dentro del campo, o se dejan vencer por internas miserables que a nada conducen. Se habla de una posible limpieza en junio, pero eso será otra historia. El presente es tratar de pelear el torneo, como exige la historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario