Boca arrancó ganando casi desde el vestuario: primero lo tuvo Más de cabeza, y enseguida presionó Bebelo, la robó, tocó con Wanchope y éste descargó a Mauro. Desde afuera del área, controló y sacó un derechazo sublime a media altura al palo izquierdo de Monetti, que ni siquiera se tiró. Un verdadero golazo de un jugador que hizo más méritos para ser llamado por Scaloni que cierto jugador que apenas llegó a la vereda de enfrente y ni es titular. Fue muy superior en la primera media hora el equipo de Alfaro. Bebelo jugó su mejor partido en club, desde el manejo, el buen pie, la pausa y la aceleración cuando hizo falta. El colombiano Villa volvió a estar Focus después de mucho tiempo y se cansó de desbordar permanentemente a Pérez, que jugó de regalo casi todo el partido. Boca le dejó manejar la pelota a un equipo que no lastimaba para liquidarlo de contra, aunque tuvo que intervenir Andrada con sus seguras manos cuando lo reclamaban. Y en una lo salvó el travesaño tras un cabezazo de Senesi, en una pelota parada en la cual el impresentable Tello cobró un foul inexistente de Villa. Wanchope se perdió un mano a mano clarísimo (estuvo errático esta vez) y así se iba el primer tiempo.
En el segundo tiempo el equipo de Alfaro salió a comerse crudo al Ciclón y antes del minuto el colombiano Focus ya había reventado el poste izquierdo de Monetti. El buen manejo de Reynoso ya era indescifrable para los de Almirón, Mauro intentaba, Wanchope se sumaba y Villa no paraba de perforar. Andrada se mostró una vez más inexpugnable, concentrado en las pocas que le llegaron. Almirón puso a Peruzzi, pero Bebelo lo bailó sabroso, acorde a lo que fue su último período en Boca Y llegó el segundo tras un desborde del ex Talleres, para la entrada de Nahitán al área chica, anticipando a Salazar. 2-0 y partido controladísimo. Después vino el papelón de Tello, expulsando a Monetti por una zancadilla a Wanchope, pero no cobrando el penal que correspondía. Fue vergonzoso lo del juez. Alfaro sacó a Mauro y a Wanchope: adentro Tevez y Benedetto. Ya a esta altura era casi un baile, que culminó con el gol que tanto merecía Villa tras un jugadón de Bebelo y la rabona de Buffarini para crispar los nervios de los calentitos cuervos que todavía no pueden ganar un partido con su entrenador. Se la pasaron pegando desde el minuto cero en vez de jugar al fútbol y todavía se enojan. No pueden ganar un partido con su nuevo técnico, están últimos y lo único que hacen es agarrársela con un rival por tirar una rabona. Sobre todo Blandi, que recién ahí me enteré que estaba jugando. Por favor, son una murga, por suerte le ganamos sin dejar duda. Igual como diría Ischia tras ganarle a cierto equipo "el rival está último, eh, hoy no es un gran rival". Les llenamos el quetejedi de preguntas, ahora sólo resta adivinar cuántas horas le quedan al ciclo de Almirón.
En conclusión, me gustó mucho el equipo hoy. Creo que se vio una idea de juego con Bebelo, con la presión en mitad de cancha, con la inteligencia para ocupar espacios. Y en el segundo tiempo se vio un equipo más corto, con Izquierdoz y Alonso jugando casi en la mitad y anticipando. Es un triunfo muy importante que nos deja en las puertas de la Libertadores 2020. Ahora espero que el martes podamos obtener la primera victoria en esta Copa. Por lo que se vio hoy, me animaría a decir que si los planetas se alinean, podemos recuperar la identidad perdida. ¡Vamos Boca carajo!
P.D: Quiero dedicar este post a las chicas de fútbol femenino que hoy pudieron cumplir un sueño y golearon a Lanús. Justo en una semana de conmemoración, su lucha las hace merecedoras de esto y mucho más. Las felicito por el triunfo (mención especial para Cami Gómez Ares por su pase riquelmeano en el primer gol y para Yamila Rodríguez por su doblete) y les deseo que esto sea el comienzo de algo maravilloso para ustedes y para el resto del fútbol femenino y que se repita muy pronto.
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| Clarín |
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