Un primer tiempo torcido, más desde los errores arbitrales que desde el juego, hicieron todo cuesta arriba. Primero el línea Germanotta anuló pésimo un gol de Wanchope por supuesta falta a Gómez Andrade cuando éste se había chocado con Nereo Fernández. Y poco después, Izquierdoz agarró al propio Gómez Andrade en un córner y Merlos cobró penal. Un penal de esos que jamás se sancionan, pero penal al fin. Y Fragapane lo cambió por gol pese al gran esfuerzo del Flaco Andrada, que la llegó a tocar. Boca se desordenaba y no podía generar fútbol, Zárate estaba fastidioso y Villa irresoluto y con su maldita tendencia a los chapuzones. Para colmo, anularon dos goles más (uno bien a Wanchope, uno mal a Nández), como para redondear una primera parte nefasta. Pero al final, se vio una pequeña luz en el horizonte, cuando Damián Martínez le pegó un codazo de prisión perpetua a Marcone y el juez le sacó correctamente la roja. Con algunos cambios acertados, se podía dar vuelta el partido.
Y en el complemento entró Bebelo Reynoso desde cero, y de arranque se notó que su atrevimiento y cambio de ritmo podía llegar a ser importante. Boca empezó a manejar más la pelota y empezó a crear su monólogo. Alfaro se dio cuenta que Villa no levantaba y lo mandó a Tevez, para darle más punch. Y tras una jugada en la que participó el Apache, tras un rebote le quedó servido el empate a Wanchope y a cobrar. Faltaba todavía media hora, pero era claro cómo venía la mano: el equipo de Lechuga lo iba a terminar ganando.Y después de una jugada de mil rebotes, Carlitos se cansó y le infló la red a Nereo tras un centro de Nahitán. Con el 2-1 ya Boca manejó la pelota más tranquilamente, tenía todo controlado. Lisandro López rechazó y anticipó los tibios intentos locales. Nández metió como siempre y pegó un tiro en el palo. Marcone demostró por qué lo llamó Scaloni, haciéndose otra vez dueño de la mitad, Ábila se perdió otro gol y hasta Buffarini se animaba a incursionar en ataque, redondeando su buena actuación con un centro milimétrico para la cabeza de Almendra, que había entrado para aguantar. El pibe se dio el gusto de liquidar el partido después de la catarata de críticas por su bajo rendimiento. En conclusión, gran segundo tiempo, con muchísima personalidad para dar vuelta un resultado adverso y ante un muy buen equipo, que por algo juega la Copa Sudamericana este año y se está clasificando a la del año que viene.
Este partido quizás permita sacar buenas conclusiones. El trío Marcone- Nández- Campuzano, con más continuidad, puede llegar a aceitarse. Después, Bebelo entró muy bien, y está claro que necesita más confianza y minutos para soltarse. La levantada de Tevez es una buena noticia siempre, porque sabemos que cuando está bien, todavía puede aportar cosas, más allá de su merma física. A Wanchope no lo había visto bien contra los tucumanos, pero hoy estuvo picante, participativo y con su infaltable olfato de gol. De a poco se pueden advertir algunas señales. La defensa parece ser la de hoy, con el lógico cambio de Fabra por Más. Y a veces somos muy exigentes con un entrenador que hace dos meses que está, que está afrontando un período de reestructuración, que puede acertar o equivocarse. Así como contra Atlético Tucuman erró los cambios y contra Defensa erró el planteo inicial, hoy acertó los cambios en el segundo tiempo y siempre fue a buscar el triunfo, ya sea de contra o yendo para adelante. Tenemos que ser conscientes de que Alfaro es un técnico que trabaja, que si bien no hemos tenido buenos partidos ha sacado muchos puntos. Hay que darle tiempo, yo creo que cuando algunos jugadores levanten el nivel podemos dar mucho más. A mi no me interesa brillar, yo quiero salir campeón. Porque eso es lo que siempre marcó la historia de Boca. El martes tenemos el debut en Bolivia y habrá que seguir así, ojalá podamos arrancar en la Libertadores con pie derecho. ¡Vamos Boca carajo!
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