Fue tremendo desde lo táctico y desde lo futbolístico. Liga sólo complicó con las subidas de Valencia por el costado de Más y trataba de incomodar con centros. La telaraña que tejió Alfaro en el medio, con Marcone de único tapón, Capaldo más suelto y Alexis y Salvio por los costados rindió sus frutos. Primero Wanchope tuvo una en la que le hicieron penal, pero la jugada fue anulada por offside. Pero enseguida el hijo del Colo le puso un pase preciso, milimétrico y riquelmeano al Gordo, que esta vez picó habilitadísimo y no tuvo más que eludir a Gabbarini y definir de zurda con el arco desnudo. Primer gol de visitante a los once minutos, gran arranque. Ya pintaba para lo que terminó siendo.
La voracidad de los mediocampistas xeneizes se notaba en la manera en que recuperaban y salían rápido. Marcone la rompió, quitó todo lo que pasó cerca y Capaldo corrió como si fuera nativo de la altura. Gran hallazgo del DT el pibe oriundo de La Pampa, lo que corre y lo que juega, por favor... La lesión de Zárate incluso le solucionó un problema a Boca, porque Lechuga se la jugó por Bebelo Reynoso para juntarlo con Alexis y el cordobés le aportó buenos toques y fútbol del bueno al Xeneize. En el cierre del primer tiempo Orejuela le dio un planchazo criminal y fue perfectamente expulsado por el colombiano Roldán. Y en el arranque del segundo, al minuto de juego se hizo cargo de un tiro libre en la medialuna cuando todos pensábamos que le iba a pegar Alexis y la incrustó en el palo izquierdo de Gabbarini, que ni siquiera atinó a zambullirse. Golaaaaaaazo Bebeeeeelo, justo el día después de los elogios de un tal Daniele De Rossi que dijo "no sé de qué juega, pero es un fenómeno".
El resto del partido sobró. Liga intentó conseguir el descuento pero con tibios intentos ante un Andrada que por millonésima vez volvió a ponerle candado a su valla. Y más allá de tener todo controlado, ya Boca casi no contragolpeó, sintiendo un poco el enorme desgaste del primer tiempo. Pero cuando lo hizo lastimó. Nos anularon un gol por offside de Wanchope, pero el Gordo generó el tercero: saque largo del Flaco, corrió apareado con Caicedo, tapó Gabbarini y el defensor se la llevó por delante. 3-0 y listo el pollo, pelados los ecuatorianos.
La verdad que yo pensé que este partido lo iba a sufrir, por lo jodido que era. Pero lo súper disfruté, de principio a fin. No quiero agrandar nada, pero hace mil años que no veo a Boca ganar con tanta autoridad un partido de visitante en Copa. Una paliza táctica con un enorme planteo de nuestro DT ante un equipo al que sólo había vencido Vélez dos veces en su estadio nos pone con un pie y el 99, 9% del otro en las semifinales de la Copa Libertadores, donde se podría dar el Superclásico. Sólo una verdadera catástrofe impediría que este Boca, con tantos jirones en la ropa de sus últimas excursiones coperas y la cara llena de cachetazos por la Copa esquiva, se meta una vez más entre los cuatro mejores. Habrá que seguir encarando como un adolescente enamorado a la chica más linda y seguir peleando por su amor. Por el amor de esa mujer que se nos niega desde hace 12 años después de ser nuestra compañera inseparable. ¡Vamos Boca carajo! ¡Jugando así, que vengan ellos nomás, que no nos van a poder cagar como antes! ¡No lo vamos a permitir!
TN.com |
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