Se necesitaba como el agua, tras la derrota en el Superclásico. Dolió, obviamente, pero este Boca, otra vez jugó como para ilusionarse. Presión constante, fluidez, dinámica, paciencia para buscar los espacios y al final, sapiencia para manejar los tiempos. Ante un rival que no era fácil, que estaba cuarto o quinto y con varias ausencias entre lesiones y suspensiones, lo cual le da otro valor. Todo de Jorge Almirón.
Boca desde el comienzo buscó imponer condiciones, con la sorpresa de Medina de 5. El pibe hace rato salió de la meseta y lo volvió a demostrar en un puesto no habitual y que merece la titularidad. Volvió Payero y con su dinámica demostró que se sintió mucho su ausencia en el Monumental. Se perdió un gol insólito, lo mismo Benedetto en su vuelta, pero ambos tendrían revancha. El equipo de Almirón no generó muchas chances en el primer tiempo, pero buscó el gol desde el comienzo. Fabra, sólido en su vuelta, mostró buenas conexiones con Villa. El Pirata sólo inquietó con un cabezazo de Vegetti.
Y en el arranque del complemento, Boca cristalizó en la red la superioridad ante Belgrano. Payero abrió la cuenta con complicidad del arquero tras un remate de afuera del área. Y enseguida en un avance condujo Weigandt, abrió para Advíncula (otro gran partido del tándem que promovió el DT), centro bajo al segundo palo y gol de Benedetto. A partir de ahi, Boca manejó los tiempos, pudiendo haber hecho un par de goles más, sin sufrir innecesariamente. Entró muy bien Rolón, llegando al punto de pisar el área o metiendo buenos pases en tres cuartos. También entraron Vázquez, González, Sández y Briasco.
Gran partido del equipo de Jorge Almirón, que sirve para sumar en el torneo, para levantarse enseguida después del golpazo, pero también con un funcionamiento colectivo que ilusiona bastante. El finde que viene tocará Argentinos, ojalá sigamos así. Vamos Boca!!!!
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| Infobae |
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