En un partido discreto, el equipo de Julio César Falcioni volvió a la victoria en su casa, y no dejó dudas ante sus detractores, que le endilgaban un pobre rendimiento.
El primer tiempo fue muy malo. Boca intentaba generar juego, pero muy pocas veces Riquelme podía liberarse de la dura marca de Mateo. Así y todo, Román recuperó a su fiel ladero, Clemente Rodríguez. Sus proyecciones resultaron clave para que pudieran encontrar ciertos espacios, pero no podían profundizar. Hasta que a los 45 minutos, Clemente pateó al arco, le salió un centro, y Cvitanich (que sabe muy bien dónde ubicarse y había generado la jugada previa), solito y solo, la clavó a la derecha de Peratta. El equipo del Tata Martino sólo se repetía en centros para el chico Urruti, que Orión y toda la defensa controlaron bien.
El segundo tiempo tuvo más dinámica y Newell´s intentaba por la misma vía, pero esto no doblegaba a la defensa xeneize, que no sintió las ausencias de Roncaglia, y fundamentalmente de Schiavi, a pesar de un penal de Caruzzo que Maglio ignoró. Como también ignoró un clarísimo penalazo de Mateo a Cvitanich. El equipo de Falcioni no llegaba mucho, pero al menos generaba más juego que en los últimos partidos. Hasta que después de una jugada en la que no cobraron ley de ventaja, Román tuvo un tiro libre y la clavó al palo de Peratta: una mezcla de precisión, avivada, y responsabilidad del arquero leproso.
Así terminó Boca el partido, sigue agrandando su invicto, y se prepara para el partido del miércoles ante Central Córdoba por Copa Argentina y todo lo que viene. En medio de suspicacias por la relación DT- jugadores, el Xeneize sigue firme como en el Apertura y mejoró sus discretas últimas actuaciones.
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