Otra derrota, aunque esta vez inmerecida. Aunque mostró ratos de juego aceptable, el Xeneize volvió a perder y no puede cortar la racha.
El conjunto de Bianchi (que se saludó afectuosamente con Pellegrino, dirigido suyo en Vélez) tomó el protagonismo del partido desde un comienzo y generó varias llegadas claras. Rulli, el joven arquero local, se lució al taparle un mano a mano a Acosta y un cabezazo a quemarropa a Silva. Por el lado del Pincha (que a peló a la reiteración de faltas, dejadas de lado por el permisivo Abal), casi no le hizo cosquillas a Orión y su defensa, quienes estuvieron tranquilos, pese a ciertos desajustes. El primer tiempo se fue cn la sensación de que los de Bianchi merecían la victoria.
En el ST, el juego siguió en la misma tónica y Rulli le tapó otro remate a Silva. Boca llegaba, pero no concretaba (eso se llama no ligar). Hasta que en un contragolpe, el local le asestó el 1-0: gran cortada de Jara, Orión le tapó el mano a mano a Duvan Zapata, pero no pudo evitar que Maxi Núñez capitalizara el rebote. Una estocada durísima del Pincha.
Bianchi mandó a la cancha a Paredes, pero el pibe no pudo contribuír a lograr la igualdad, aunque Rulli le tapó un derechazo tremendo. Para colmo, el Xeneize tuvo que soportar otro fallo que lo perjudicó: Desábato le cometió penal a Acosta y Abal aplicó el "siga, siga". Ni eso. Aunque el local lo pudo haber liquidado, algo que evitó Orión.
Boca sigue en un momento tétrico. Igualó la peor racha de encuentros sin victorias (10) de su historia, que databa de 1957 y en estos días deberá enfrentar al Corinthians, por la Copa y después afrontar el Superclásico. Se verá si en estos compromisos que se vienen aflora la garra que siempre caracterizó a la institución. Pero el panorama es sombrío y desalentador.
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