Gran triunfo del conjunto de Bianchi. El Xeneize jugó su mejor partido en muchísimo tiempo, y arrolló futbolísticamente al cuadro de Gareca.
Boca tardó un suspiro en ponerse en ventaja. Vélez movió del medio, pero enseguida recuperó la pelota y Ledesma generó una falta sobre la izquierda. Para la ejecución se perfilaron Gago y Sánchez Miño, pero fue Fernando el que se hizo cargo: lindo centro para que Ribaír Rodríguez (que jugó de central por la suspensión de Burdisso) le cambie el palo a Sosa y haga delirar a su hinchada. Un 1-0 desde el vestuario, en sólo 45 segundos. Enseguida, a los 9 minutos, Rescaldani empató tras agarrar mal parada a la defensa, pero el local tenía una idea, una identidad, y la llevó a cabo durante los 90 minutos.
Boca fue un equipo hiperquinético, movedizo, que ejerció una presión insoportable y asfixiante sobre el medio velezano. Y en esto mucho tuvo que ver Fernando Gago. Pintita, que finalmente fue titular tras la lesión de Marín, la descosió: sin Riquelme, todo el juego pasó por sus finos pies. Claro que no estuvo solo: por primera vez en mucho tiempo, todos los jugadores estuvieron a la altura. Este 4-4-2 que plantó Bianchi dio resultados, porque además la jerarquía del ex Real Madrid contó con la colaboración de Ledesma y la desfachatez de Acosta y Sánchez Miño por las bandas. Esto fue demasiado para Vélez. Además, Ribaír Rodríguez, amén del gol de cabeza, mostró mayor firmeza y presencia en el fondo que Burdisso, a pesar de que los de Gareca se plantó con un solo punta.
El local empezó a hacer trabajar cada vez más a Sosa. El Burrito Martínez la rompió: fue un buen socio para Sánchez Miño, desequilibró siempre, y sólo lo pudieron parar con infracciones. Sosa le sacó un mano a mano A los 36 minutos llegó la merecida ventaja: Gago la abrió para Sánchez Miño, quien envió un centro que Martínez no pudo controlar, pero por suerte al ladito suyo estaba Nico Blandi: derechazo medio mordido, pero efectivo para vencer al arquero uruguayo. Salió en el entretiempo por una molestia, y le dejó el lugar a Gigliotti, pero con la tranquilidad de que por ahora, el puesto sigue siendo suyo.
En el ST, Boca aumentó su presión en campo rival, generando situaciones clarísimas cada vez más, a tal punto que en el primer cuarto de hora, Vélez no pudo pasar la mitad de la cancha. El floreo local fue tal, que hasta el Cata Díaz ¡sorprendió con un desborde a lo Guillermo! La sensación que daba, es que pintaba para una goleada, sin dudas. Más cuando Cerro fue expulsado tras la enésima falta al Burrito Martínez. Pero claro, Boca no logró liquidarlo, y cuando pasa esto, siempre se sufre algún sustito. De hecho, casi sobre la hora, el pibe Cáseres se nubló ante Orión, y Agustín evitó lo que hubiera sido un inmerecido empate. Claro que el equipo de Bianchi careció de eficacia. La mala puntería y el arquero Sosa evitaron lo que hubiera sido una verdadera humillación para Vélez. Gigliotti, en los 45 minutos que jugó, estuvo cerca del gol en un par de ocasiones, pero el uruguayo ex Boca se lo negó.
Boca tuvo una actuación descollante en mucho tiempo, y volvió a dejar la sensación de que arriba puede hacer muchísimo daño. Vélez lo sufrió más que nadie, por las situaciones clarísimas de gol. De paso, está en el lote de arriba, donde debe estar.
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