Y pasó Boca. En una nueva gesta copera, el equipo del Vasco sufrió en Paraguay, pero está en cuartos tras haber ganado por penales.
El equipo xeneize hizo el gasto por la desventaja, desde el primer momento. Con poca claridad, aunque con mucho fervor, trató de empujar a los locales contra su arco, pero no contó con muchas chances en el primer tiempo. Capiatá no hizo otra cosa que abroquelarse y tratar de meter una contra salvadora o una pelota parada que le metiera miedo a Orión. Nunca llegó, claro.
En el segundo tiempo, los locales quedaron con diez y Boca empujó a puro centro, con pocas ideas. El Vasco terminó por quemar las naves metiendo a Acosta por Forlín y a Gigliotti por Meli, además ya estaba Martínez. En uno de los tantos centros, llegó el gol, a los 28 minutos: centro de Colazo, la bajó el Comandante Chávez y Calleri la empujó de arremetida, al tiempo que se comió un planchazo de expulsión del arquero Franco. De ahí al final, Boca fue por más y casi logra evitar los penales, pero no pudo.
Y en los penales, apareció el gran Agustín Orión. Sostuvo una definición esquiva por los yerros de Pérez y Colazo y atajó dos penales, además de patear y meter el sexto penal. Le dio la clasificación al equipo. Un grande de verdad Agustín, discutido por gente incomprendida, valorado por la gran mayoría. Está llamado a ser uno de los grandes ídolos del arco boquense.
Boca pasó a Capiatá, y en cuartos enfrentará a Cerro Porteño, que viene de eliminar a Lanús. Hay muchas posibilidades de un cruce con River en semis. Pero primero deberá vencer al equipo paraguayo que dirige Astrada. Tiene con qué...
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