Por ahora no hay con qué darle al equipo del Vasco. Con jugadores alternativos, otra vez no le tuvo piedad al pobretón equipo venezolano.
El primer tiempo se hizo cuesta arriba para Boca. No supo manejar la pelota, lucía lento, impreciso y hasta desordenado. Para colmo, el local hizo un gol accidentado: tras un rebote de Guillermo Sara, Murillo la empujó al gol, primero con el pie, luego con la mano. Debió haber sido anulado, pero nadie lo advirtió. Era una versión totalmente irreconocible. A Monzón le ganaban las espaldas permanentemente y no había fútbol de mitad de cancha en adelante. Parecía sentir las ausencias de Gago y Lodeiro. Sólo el esfuerzo supremo de Jony Calleri y de Meli se destacaban un poco. Para colmo, zafó del segundo gol sólo porque Peraza estrelló su cabezazo en el travesaño.
En el entretiempo, Arruabarrena movió el banco: Castellani y Colazo por Cristaldo y Monzón. Y Boca cambió la actitud: se paró más adelante y fue más profundo. A los 7, Fuenzalida le dio un pase bárbaro a Martínez y el Burrito la picó con categoría ante la salida de Forero. Enseguida, tras una infracción a Carrizo en la puerta del área, el local se quedó con 10 por expulsión de Vargas. Se perfiló Colazo y tras el toque suave de Castellani, la clavó en la ratonera izquierda del uno. Nico fue por más: después sacó otro zurdazo precioso desde afuera que pegó en el palo y entró. El Vasco mandó a la cancha a Chávez y el Comandante lo pasó para el cuarto tras una asistencia de Calleri. Y la frutilla del postre fue el tijeretazo del Burrito para el 5to. Una fiesta.
Boca ya está clasificado a los otavos de final, y a falta de dos fechas para el final de la primera ronda, está primero en la tabla general de la Copa. Por ahora se enfrentaría a Juan Aurich (sí, el mismo que se llevó un punto de oro en el Monumental y lo está dejando afuera).
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