En el primer tiempo, el equipo de Guillermo se vio desbordado como pocas veces. No encontró la pelota y lo lastimaron con pelotazos profundos a espaldas de los centrales. Mucho influyó la ausencia de Barrios, y también la del uruguayo Nandez. Volvió a quedar demostrado que no se puede prescindir del colombiano, y tampoco puede no haber un volante central que marque, quite y transpire como él. Así las cosas, el sostén del equipo en este partido fue el Flaco Andrada, tapando un mano a mano a Espíndola y otras varias pelotas de gol. Además salió muy bien en todos los centros, tal su costumbre, y estuvo rápido y valiente para salir a atorar. Sólo lo salvó el palo izquierdo en una volea espectacular de Bieler. Fue realmente brillante lo del ex arquero de Lanús, irradiando mucha seguridad y confianza. Notable. Boca en el primer tiempo fue pura imprecisión y un medio inconexo y casi improductivo: en la única llegada profunda, Gago habilitó a Benedetto y su emboquillada besó primero la punta de los guantes de Arce y luego el travesaño. El trámite no favorecía a los Xeneizes.
En el segundo tiempo, el Ciruja siguió siendo superior al comienzo, pero se fue desmoralizando a medida que chocaba con los guantes de Andrada. Guille movió el banco y los cambios empezaron a surtir efecto: Tevez entró por un esta vez improductivo Zárate y se lo notó enchufado, aguantando la pelota, y así Cardona tuvo un socio. A los 30 minutos, tras una jugada del Apache, el Gordo se perfiló y sacó el derechazo sublime, que ni el desvío de Arce pudo impedir que entrara. Ingresaron también Wanchope y Espinoza y salió Gago, que a decir verdad, le está costando horrores tener un nivel parecido al de antes. Llegó la expulsión de Arregui por un puntinazo al pómulo de Goltz (la sacó barata, ya que se desplomó y quedó unos segundos inconsciente) y antes del cierre, Tevez habilitó a Espinoza, al que lo derribaron en el área. Trucco cobró un claro penal, Wanchope se lo pidió a Cardona y liquidó el pleito.
No jugó bien Boca, para nada. Lo salvaron una cuota de fortuna, la gran actuación de Andrada y la rapidez del técnico para activar los cambios (además de la jerarquía individual). Sigo sosteniendo que es un peligro no tener en el plantel a otro jugador de las características de Wilmar Barrios, algo que vengo diciendo desde hace más de un año, y no siempre nos va a salvar el arquero o nos perdonarán la vida. Pero ganamos, y hemos clasificado a los octavos, donde nos espera Gimnasia de La Plata. Hay cosas para ajustar, pero se festeja.
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