Triunfazo. Tras un arranque que pintaba feo, muy feo. En la vuelta de Carlos Bianchi a la Bombonera, en un partido de ribetes dramáticos, el Xeneize le dio vuelta el partido al Cervecero y terminó festejando. Además, claro, el hincha festeja la vuelta de Juan Román Riquelme, que arregló el viernes y estuvo ayer en el palco presidencial.
Boca arrancó dormidísimo y Quilmes le asestó dos golpes en ocho minutos. Primero, a los 5, Wilfredo Olivera cabeceó en soledad tras un córner (la marca era de Somoza, que volvió a ser silbado) y puso el 1-0. Tres minutos más tarde, Cauteruccio manejó la contra como si estuviera en el patio de su casa y asistió al debutante Menéndez, que se la picó a Orión. Nadie podía creerlo: el Cervecero ganaba 2-0 en el amanecer del partido.
A Boca le costó mucho el primer tiempo, y casi no creó situaciones de gol. Para colmo tuvo numerosos problemas defensivos, que es algo en lo que Bianchi tendrá que trabajar bastante para mejorar. Pero, tal vez por la llegada del prócer calvo con unas pocas canas enruladas, no se vio una Bombonera impaciente como en los tiempos de Falcioni. Tras media hora de verdadera zozobra, a los 37 minutos llegó el descuento, en la primera clara de Boca: linda jugada entre Pol Fernández y el Burrito Martínez, un "tomá y hacelo" del pibe y aparición de Erviti. Más allá de dejar huecos en defensa en pos de remontar el resultado, el Xeneize seguía con vida, y el propio Walter casi empata en la última jugada del primer tiempo.
En el complemento, Boca cambió definitivamente la actitud y empujó con más presión al arco contrario. Claro que sufría el hecho de que Paredes, pese a su juventud, no terminaba de ponerse el equipo al hombro. Pero empujaba con Clemente, con Erviti, con Pol con las gambetas de Martínez (lo marcaron mucho y tuvo que retroceder ante la inacción de Paredes, pero fue lúcido y criterioso para jugar) , y el resto lo hizo Bianchi con los cambios. Metió a Acosta de 8, fresco, para que tire centros y termino dándole resultado. Quilmes ya no complicaba tanto, más allá de un par de tiros de afuera y Boca llegó al empate a los 22 minutos: en una pelota parada, tras un rebote, la pelota le quedó servida a Burdisso y con una volea venció a Trípodi. El Virrey ya lo había puesto a Viatri para acompañar a un Silva peleado con el arco y terminar con cuatro delanteros.
Claro que hubo dramatismo, un sufrimiento más.A los 34 minutos, Caruzzo le cometió penal a Mansilla y para colmo, Lunati le mostró la segunda amarilla y lo expulsó. Se perfiló Cauteruccio, a quién Orión le dijo algo antes de patear. El uruguayo le guiñó el ojo cancheramente, pero anunció mucho el remate y Agustín lo atajó a su derecha.
Y enseguida, a los 37, la explosión final. Córner de Pol Fernández y Burdisso (sí, otra vez el 6) volvió a empalmarla de volea y la clavó en el ángulo. 3-2, delirio en el estadio. A partir de ahí, Bianchi hizo retroceder a Acosta y mandó al también ingresado Ribaír Rodríguez de 2, para mantener la ventaja. Lo consiguió, pese a los muy tibios intentos de Quilmes. Para colmo, Viatri casi convierte el cuarto. El Cervecero no vence en la Bombonera desde 1976, y nunca antes había estado tan cerca de cortar la racha. Realmente lo desperdició.
Se empezó con el pie derecho el campeonato, algo que siempre es importante. Se ganó bien a lo Boca. Pero habrá que mejorar mucho para no sufrir contratiempos como fue una desventaja de dos goles. Mientras tanto, el hincha celebra tres cosas: la vuelta de Bianchi, la vuelta de Riquelme, y este Bombonerazo digno de gestas gloriosas.
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