En primer tiempo fue muy disputado, con más empuje que fútbol de los dos lados. En realidad, Cruzeiro hizo el gasto, obligado por la desventaja, pero Boca se replegó bien, y ellos solamente apelaron a remates de afuera y centros. Rossi se mostró bastante inseguro en algunas salidas aéreas, es un error que no corrige, pero tuvo mucha personalidad para no caerse y estuvo muy seguro en los tiros de media distancia. Pero el Xeneize no tuvo profundidad, sólo Villa inquietaba, pero era muy poco, casi nunca le llegó la pelota. Y hubo un despliegue conmovedor de todos, sobre todo Nández,que se entregó en cuerpo y alma al combate del Mineirao y trabó cada pelota como si fuera la última. Sumado a Pablo Pérez, que falló muchos pases, pero terminó acalambrado y colorado como un tomate de tanto correr, ya que Wilmar jugó bastante disminuido por una molestia y no mostró su repertorio habitual. Antes del descanso le anularon un gol a Barcos por jugada peligrosísima de Dedé sobre Rossi. Sí, el mismo al que los impresentables de la Conmebol le quitaron la tarjeta roja tras la expulsión en la ida por el golpe a Andrada.
En el segundo tiempo, la cosa siguió igual, con la diferencia que el local encontró el gol en un córner a los 10 minutos. Pero, lejos de tranquilizarse, los brasileños empezaron a jugar más nerviosos, como queriendo hacer el cuarto gol (según había boqueado Egidio en la previa), antes del segundo que necesitaban para forzar los penales. Y además empezaron a protestarle con alevosía al árbitro y generando faltas tontas, para tranquilidad del equipo de Guillermo, que empezó a respirar con los ingresos de Gago y Cardona. El local seguía insistiendo con centros, su única fórmula, y creció la figura de Magallán, impasable (segundo tiempo soberbio de él y de Buffarini, que jugó un partido reivindicatorio). El descontrol de Cruzeiro aumentó con la correctísima expulsión de Dedé, por un pisotón a Pavón. Aunque tuvo una clarísima, con error de Rossi y posterior salvada con el pie. En el descuento de seis minutos, Boca empezó a encontrar espacios para empatarlo, aprovechando que los brasileños estaban jugados. Pavón se perdió un gol, pero tuvo su revancha: largo tiro libre de Gago, Wanchope la bajó con el hombro, y Kichán, mano a mano, la agarró de aire y empató con un bombazo. Golazo, para cerrar la noche de la mejor manera y enmudecer a toda la torcida azul.
Y para enmudecer a todos los que en la noche previa tiraron bombas de estruendo, no dejando dormir al plantel. Con una artimaña tan vieja como la misma Copa Libertadores, creyendo que sólo por eso íbamos a quedar afuera, algo que otros elencos brasileños pueden dar fé de que no da resultado. Para Egidio, que en la previa dijo que nos iban a meter cuatro, y se olvidó de que los partidos no se ganan en los micrófonos, sino en la cancha. Para Dedé, que hoy resultó ser un terrible mala leche y dejó más en evidencia la payasesca medida de la Conmebol de quitarle la tarjeta roja de la ida, siendo una vez más perfectamente expulsado. Para el pobre tipo que pisó la camiseta de Boca, a quien vaya uno a saber quién carajo le dio el título de periodista, que con esas actitudes grotescas fomentan el odio y la violencia. Comprate una pala gigante y hacé un pozo bien grande para enterrarte. Y finalmente para todos los que se cagaron de risa de nosotros por haber perdido el clásico y haber quedado afuera vergonzosamente de la Copa Argentina, pero siempre nos quieren ver afuera. Sepan que nosotros seguimos de pie, para bronca de ustedes. Así que mientras no estemos muertos, los invito a que sigan escupiendo su miserable veneno.
El final es para el plantel, a quien agradezco que hoy hayan dejado bien plantado el honor de todos los que amamos estos colores. Gracias a todos por no darles de comer a los buitres, especialmente hoy al yorugua Nahitán Nández, el de los huevos grandes. Yo nunca dudé de la capacidad de ustedes para demostrar el carácter que se necesita. Pero así se tiene que jugar en Boca siempre, transpirando y corriendo si no se puede jugar bien. Y ahora que estamos nuevamente entre los cuatro mejores de América, les pido que sigan así. Es el último esfuerzo. Ahora vendrá Palmeiras, tendremos un arquero que viene a sumar por la lesión de Andrada...y River también está en semifinales, teniendo que enfrentar al último campeón,lo cual hace una Libertadores espectacular. Muchachos, sigan así!!! Que tirando todos para el mismo lado, el sueño de la 7ma todavía es posible!!! Vamos Bocaaaaaa carajo!!!!
Los Andes |
No hay comentarios:
Publicar un comentario