Fue todo el partido igual. El equipo del Gringo Heinze se vio obligado a apostar al pelotazo por la presión que ejercían los volantes xeneizes y careció de profundidad. Sólo el Monito Vargas (que perdió una increíble ante el achique del Flaco) trataba de aparecer con alguna finta. Del lado de Boca, trabajo sucio puro. El insultado Zárate intentó al principio con alguna gambeta, pero no tenía socios, se sintió una vez más la ausencia de Reynoso. Pavón se desdoblaba y no terminaba bien las jugadas y Wanchope estaba aislado y muy fastidioso. Es cierto que hoy Boca no pateó al arco. Pero Alfaro no puede hacer magia: se lesionó Bebelo y no hay un solo generador de juego. Mauro lo puede hacer perfectamente y Tevez también, pero por diferentes razones tampoco se les puede pedir que hagan todo. Hoy Buffarini se volvió a comer la cancha y Andrada volvió a clausurar el arco respondiendo las pocas veces que Vélez lo cascoteó (lo salvó un par de veces el travesaño, pero el equipo local, si bien mereció un poco más, tampoco se puede decir que el empate haya sido injusto). Lo bueno es que este grupo parece haberse acostumbrado a jugar esta clase de partidos duros, y hacerlo de manera inteligente. Porque antes un encuentro como éste lo hubiéramos perdido. Nos superaron en los últimos veinte minutos, pero no lo suficiente como para decir que sea injusto el empate: ellos tampoco tuvieron mucho peso ofensivo. El Flaco igual fue fundamental, tuvo dos atajadas de esas que si las hacía Armani, la corpo estaría pasando un compilado de atajadas del arquero de River. Sin esa prensa, calladito y siendo pieza clave en la final de la Supercopa Argentina, se ganó un lugar en la Copa América. Lo malo es que si la rompe en ese certamen es mucho más factible que se lo lleven, pero ojalá que se quede. Le achacaron el gol de Paranaense por el resbalón el otro día, pero no dijeron nada de que la cancha estaba muy pesada. Es un animal, tenemos arquero para siete años más.
En fin, fue un partido durísimo y muy bien trabajado. Ahora, en la Bombonera será una historia diferente. Es cierto que un empate con goles clasifica a Vélez, pero ellos van a tener que salir a buscar ese gol y Boca será protagonista, con el infaltable aliento de la gente. Hay que apoyar más que nunca porque los jugadores se están rompiendo el culo para darnos alegrías y eso es mérito de Lechuga. Veremos qué pasa el jueves, pero estoy a muerte con este grupo. Yo confío... ¡Vamos Boca!
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