Hoy, ya más frío después de tantas emociones, voy a analizar la despedida de Juan Román Riquelme. Un evento sumamente emotivo, muy especial. Con los hombres que me hicieron feliz durante mi adolescencia y los hombres que me hicieron feliz en diciembre del año pasado. Todos reunidos para celebrar el homenaje al mejor jugador de la historia de Boca. A pesar de ausencias ilustres (Guillermo, Palermo, Tevez, entre otros), se disfrutó de una jornada inolvidable en la Bombonera.
Era imposible que no se te escape una lágrima al ver a las glorias del club ni bien bajaron del micro. Pero voy a hacer hincapié en algunos nombres propios que hacía mucho que no pisaban el Templo. Oscar Córdoba tuvo su momento cuando salió al campo de juego a precalentar con su hija Vanesa, que es arquera profesional. En ese momento recordé cuando antes de los penales del 2000 ante Palmeiras, la gente lo alentaba coreando su apellido. Qué feliz que me hiciste Oscar, por favor. Encima la cancha explotó cuando le sacó un mano a mano a Messi, nada menos y otro a Saviola. Está mucho mejor que Chiquito Romero, lo digo fuera de joda. Después, Carlos Bianchi, que no iba a la Bombonera desde su última etapa como entrenador, y se volvió a llevar una ovación ensordecedora cuando Román lo homenajeó después del partido como ''el hombre que nos enseñó a competir y el culpable de que pensemos que ganar la Libertadores es fácil''. Mismo el Coco Basile, gestor de ese equipazo inolvidable del 2005/2006 que ganó todo lo que disputó en esa temporada. Y dejo en el final de este apartado a Manteca Martínez (el mejor definidor que vi en mi vida en Boca por lo menos, o el gran goleador del fútbol argentino, como le decía Marcelo Araujo), que cerró el partido con un gol de rebote para que los nostálgicos del Apertura 92 y los que empezamos a ver fútbol un par de años después, nos emocionemos. Y a Rodrigo Palacio, un delantero tremendo al que los imberbes que no lo vieron brillar con nuestra camiseta lo recuerdan por el ''eda pod abajo'' en esa maldita final contra Alemania, o lo infravaloran como jugador xeneize sin acordarse que metió 82 goles, varios de ellos en cuanta final internacional jugó: Sudamericana, Recopa, Libertadores y Mundial de clubes. Me hubiera encantado que convierta.
Del partido hago este racconto: dos goles del Chipi Barijho, que aún excedido de peso hoy es más que Benedetto, Giunta jugó solamente los primeros minutos, las dos atajadas de Córdoba ya mencionadas, el Negro Ibarra y Clemente están igual que cuando jugaban, el Cata Díaz, aún sin haber brillado en sus últimos meses en Boca está mil veces mejor que Roncaglia, Bermúdez se ganó la ovación tras ganarle una dividida a Pablito Aimar... En el ST Román se saca el gusto de convertir un golazo típico de él, enganchando de izquierda al medio para sacudir con derecha al primer palo, Messi convierte otro golazo desparramando al Mono Navarro Montoya tras asistencia de Gago, Leandro Paredes que se viste un ratito de azul y oro para los hinchas que soñamos con su vuelta y casi convierte...y Manteca cerrando la fiesta con un gol de rebote generado tras un remate de Agustín Riquelme que no pudo controlar Christian Muñoz, arquero recordado por entrar en el épico Superclásico del Clausura 99.
El reconocimiento a los campeones del mundo (con Messi, Di María, Paredes y Scaloni) estuvo muy bueno, pero no entendí la repartija de plaquetas. ¿Por qué no hubo plaqueta para Aimar y Samuel, también miembros del CT? No me gustó tampoco la presentación de los jugadores, en un momento anunciaron a Leo Franco y el que entraba era Messi (que de todas formas se llevó merecidas ovaciones), al igual que Di María y Paredes, claro. Esperaba que también hubiera una ovación para Scaloni, que injustamente pasó inadvertido. Pero lo que menos me gustó es que algunos imbéciles hayan silbado a los ex River y encima haya gente que lo justifique. ¿No podían dejar la termeada y la rivalidad por un día? ¿Encima con Aimar y Saviola que son más buenos que el agua mineral? Pablito encima vino como amigo de Román de la adolescencia y como campeón del mundo, estúpidos...ni Lucho González se lo merecía, ni nadie. Por culpa de 50 o 100 tarados que los silbaron, logran que los medios tergiversen y que los demás generalicen. Otra cosa que ahora que pasó todo lo puedo decir: a mi también me hubiese encantado que Messi se pusiera la camiseta de Boca, pero que los medios fogoneen esa posibilidad, generando que los hinchas se hagan pajas mentales y poniendo a Lionel en una situación más que incómoda, no me pareció bien. Sofi Martínez, que la banco, también tuvo que ver, rompiendo un off the record con una confesión de Messi diciendo que no tendría problemas en ponerse la camiseta de Boca. Claro, si decía que no, quedaba mal. Sofi, te banco, sos hermosa, carismática, talentosa y no tengo dudas que no lo hiciste de mala leche, pero eso no se hace y menos con alguien que te dio tanta confianza. El sábado fue la despedida de Maxi Rodríguez y Lionel, siendo hincha de Newell's no se puso la camiseta. ¿Por qué lo iba a hacer con la de Boca?
La fiesta se cerró con Román agradeciendo a los invitados especiales (Pekerman, Bianchi, Basile, Messi) y poniéndose la camiseta de Boca con el apellido Maradona en su espalda, a modo de retribución de lo que hizo Diego en su homenaje en el 2001 terminando el partido con la casaca del Último 10. Gracias Juan Román Riquelme por tanta magia...te amamos.
El Gráfico |
No hay comentarios:
Publicar un comentario