Triunfazo del equipo de Falcioni en Río. Boca sacó a relucir como tantas otras veces su chapa copera, venció al Fluminense, y ya se aseguró el pase a los 8vos de final.
El equipo visitante se paró bien en la cancha desde el principio. Con actitud, los volantes se comieron el medio e incomodaron a los jugadores del Flu, que muy nerviosos, apelaron al juego brusco durante gran parte del partido, ante la permisividad del árbitro uruguayo Darío Ubriaco, que no los penaba con amonestaciones. De todas maneras, Orión tuvo que intervenir para taparle un derechazo a Fred. Pero a los 33 minutos, Schiavi metió un pelotazo largo, Euzebio cabeceó para atrás ante la presión de Silva, y la pelota le quedó a Cvitanich, que le ganó con el cuerpo a Diguinho y definió con clase ante la salida de Cavalieri. Boca se ponía en ventaja y eso ponía más nervioso al equipo local y a sus torcedores.
Para el ST, el Flu intentó meter a Boca contra su arco, pero su tenencia de pelota en ningún momento incomodó al equipo argentino, más allá de alguna pelota parada. Orión incluso atenazó con sus manos un desvío ¡de Silva!. Falcioni puso a Mouche por un exhausto Cvitanich, y a Sánchez Miño por un golpeado Erviti, y entre ellos dos gestaron el segundo gol, a los 29 minutos: centro de Pablo al segundo palo y la entrada goleadora del pibe. Boca liquidaba el partido, pero faltaba más.
Porque Schiavi apenas lo tocó a Wellington en el área, y el árbitro Ubriaco, que estaba a 50 metros de la jugada, lo convalido a instancias del asistente. Faltaban todavía 5 minutos...pero Orión hizo acordar a Oscar Córdoba y le atajó el penal a Rafael Moura. Ya estaba, nada podía frenar al equipo de Falcioni.
Boca se hizo una vez más fuerte en Brasil, se aseguró el pase a los 8vos de final y le cortó al Flu una racha de 27 años sin perder partidos internacionales en su estadio. Ahora se preparará para visitar a Tigre y mantener la punta en el torneo doméstico, para después, quizás con algunos suplentes, recibir al débil Zamora e intentar terminar primero en su grupo. Boca sigue...y pisa cada vez más fuerte.
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