Pasó Boca. Después de haber superado a los bahienses en el juego, pero no pudiendo evitar los penales, el equipo de Falcioni se clasificó a los cuartos de final de la Copa Argentina.
El primer tiempo fue un compendio de imprecisiones de uno y otro equipo. Boca no lastimaba, y Olimpo, que depende del cerebro de Rolle y la velocidad de Franzoia, tampoco desnivelaba (esto se debió a la muy buena tarea del "redebutante" Benavídez, reemplazo de Erbes y Somoza). En el final de la primera etapa se empezó a meter en el partido Pablito Mouche, encendido, desbordando siempre y tirándole centros a un Blandi que esta vez no cumplió con su cuota goleadora.
En el ST, Boca salió a llevarse por delante al equipo de Perazzo, y los desbordes de Mouche se hicieron cada vez más insoportables para los bahienses. Y fue el propio Pablito el que puso el 1-0 a los 15 minutos: amagó ir hacia adentro, desniveló hacia afuera y definió con exquisitez de derecha (su pierna menos hábil), al palo más lejano de Ibáñez. Pero unos minutos más tarde, en una contra de Olimpo, cuando Boca merecía más, el juez Díaz cobró un dudoso penal de Rivero a Maxi Laso, y Rolle lo cambió por gol. A partir de ahí, los de Falcioni siguieron intentando, pero no pudieron vencer al arquerito Ibáñez, mientras que Olimpo se acurrucó atrás y logró el milagro de ir a penales.
Y fue una definición de locos. En la primera tanda, Sosa se lo atajó a Rolle, e Ibáñez al Pochi Chávez. A partir de ahí, patearon los 22 jugadores que había en cancha (incluso los arqueros), sin errar un sólo tiro, y lograron algo impensado: ¡¡que el 10 de Olimpo y el Pochi tuvieran que patear de nuevo!! Pero increíblemente, Sosa e Ibáñez se los volvieron a atajar. Y la siguiente tanda (con Boca siempre obligado a meterla), fue la de la desnivelación. Franzoia volvió a patear, pero mandó su penal a las nubes de Catamarca, en tanto que Mouche (la gran figura de la cancha), otra vez no falló. Se terminó el dramatismo. 11-10 para Boca, en la definición por penales más larga de su historia.
Los suplentes de Falcioni metieron a Boca en los cuartos de final de la Copa Argentina, donde lo esperará el difícil Rosario Central, que anoche venció a Belgrano, y pelea por ascender a Primera. El Xeneize, con mística, con huevos, con estirpe, sigue vivo en las tres competencias, y ahora espera tranquilo el sábado a Colón.
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