Era un partido especial. Tras la polémica ida de Juan Román Riquelme, este fue el primer juego en la Bombonera, y los de Falcioni se quedaron con un triunfo tranquilizador para repuntar en el torneo Inicial.
Boca fue muy flojo en la primera mitad. No hubo conexiones de mitad de cancha en adelante, la pelota fue mucho por el aire, y no había juego. Tigre complicó por momentos con la velocidad de Pérez García, a quién Ustari le sacó una pelota bárbara. Además el arquero local, nuevamente se mostró muy seguro en los centros. Chávez no podía hacerse conductor y no podía patear bien ni los córners. Por el lado de Tigre, que siente horrores las ausencias de Román Martínez, Cachete Morales y el Chino Luna, se destacaron Orban y Galmarini, aunque cometieron el error de no pasarle mucho la pelota. Así, cuando el juez Delfino pitó el final del feo primer tiempo, buena parte de la Bombonera coreó un himno estentóreo y potente: "Riqueeeeeeelme, Riqueeeeelme".
Para el ST, Falcioni metió a Sánchez Miño por un flojo Erviti, y volvió a surgir la sociedad con Clemente Rodríguez de la final con Racing. Primero, el pibe participó del primer gol, a los 15 minutos: apertura a Blandi, éste tiró el centro atrás que rebotó en Paparatto, y le quedó al Pochi Chávez, que se llenó la zurda con la pelota y la cruzó lejos del alcance de Javier García. Golazo, de alguien que había tenido un muy flojo partido.
Con el 1-0, el partido se abrió. Tigre empezó a dejar más espacios atrás, y Boca a aprovecharlos. Tan es así que después de que Galmarini se perdiera el empate, llegó el segundo tanto, a los 23 minutos: escapada de Clemente, y toque hacia la medialuna para Viatri, quién amagó dar el pase hacia la derecha, pero no: con toda la cara interna de su botín derecho, la clavó a la derecha de García, que ni se tiró por la sorpresa. Otro golazo.
El 2-0 fue demasiado premio para el local, y los de Arruabarrena, lógicamente se desmoronaron: sólo tiraron centros inútiles para que descolgara Ustari y recibiera los primeros aplausos de parte de su hinchada. Boca, más allá de la diferencia exagerada, ganó bien, aunque debe mejorar mucho en lo que es la elaboración del juego. Ayer fue muy efectivo, los dos goles, y no mucho más. Pero los triunfos alimentan la confianza, y así será mucho más fácil encontrar un rendimiento acorde a lo que se pretende para pelear el torneo y la Sudamericana. Máxime teniendo en cuenta que el reciente título de la Copa Argentina le da aire a Falcioni y Cía, para seguir trabajando y espantar fantasmas. El Xeneize está más vivo que nunca. Y quiere más.
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