El futuro de Boca

Mucho se ha hablado en estos últimos meses del futuro xeneize, sobre todo de quién sería el próximo DT, dado que veían un desgaste del ciclo de Falcioni. Se tejieron muchas especulaciones, pero estando al caer la clasificación a la Copa Libertadores 2013, y con chances muy ínfimas de lograr el título, es muy probable que JC, si acepta, pueda seguir estando al frente del equipo el próximo año.

A saber: el elegido del presidente Angelici tiene nombre y apellido, y se trata de Guillermo Barros Schelotto, también del gusto de Macri y hacedor de una espectacular campaña con Lanús. Pero el Melli ya aclaró una y mil veces que su contrato vence en junio y su intención es cumplirlo, por lo tanto está completamente vetado. Ricardo Gareca y el Tata Martino, otros que fueron sondeados, si bien sus compromisos con Newell´s y Vélez vencen en diciembre, tienen intenciones de seguir en sus clubes (el Tigre está muy cerca de volver a ser campeón con el club de Liniers). ¿Bianchi o Arruabarrena? Son del gusto de muchos hinchas (más el Virrey, amado y reclamado por todos), pero la principal contra que tienen es que querrían sí o sí la vuelta de Juan Román Riquelme, al que los dirigentes no quieren ver ni en figuritas. Y se habló también de un posible interinato de Ribolzi- Hugo Ibarra, hasta mediados de año cuando Guillermo termine su contrato con Lanús, pero no lo consideran algo serio, menos tratándose de Boca, y con Copa Libertadores de por medio. Ojo, hay que tener en cuenta que en el Grana ya le quieren renovar por otro año al Melli...

Así las cosas, todos los caminos parecen conducir a la renovación de Julio César Falcioni. Lo respaldan los resultados (más allá de un par de finales perdidas), el alto promedio y la banca de Angelici. A fin del torneo se sentarán a charlar, y si sigue, es probable que los jugadores del clan riquelmista (Clemente Rodríguez, Viatri) digan adiós. Y será el momento de que siga haciendo volar a los chicos, como en este fin del campeonato (Pol, Paredes, Erbes). Si JC acepta, firmará por un año más, con una cláusula de rescisión en junio a la espera de lo que pase con Guillermo. Pero tendría su revancha en la Libertadores, la que se le escapó este año, y eso es algo que tienta a cualquier entrenador.