Boca es finalista de la Copa Argentina. Tras superar a un batallador Merlo, el equipo de Falcioni sigue en carrera y jugará la final con Racing.
Empezó mejor el Xeneize, más allá de un aviso de Leandro Lázzaro al minuto de juego, con un derechazo al lado del palo de Sosa. Riquelme trataba de aguantar la pelota ante la pegajosa marca de García y de Friedrich, y de a poco lo fue consiguiendo, aunque Chávez y Erviti no tuvieron un buen partido. Sólo S. Miño, con su frescura y su capacidad habituales para trepar con criterio, parecía asociarse con Román, y romper por afuera. De todas maneras, el equipo de Falcioni pese al poco espacio, se las ingenió para generar algunas chances que dilapidaron Silva y Cvitanich. Se fueron al descanso en cero.
En el comienzo del complemento, Boca encontró más espacios y fue arrinconando cada vez más a Merlo, con un Riquelme cada vez más influyente. El partido se tenía que abrir con una acción distinta al resto, y para eso, nada mejor que el talento de Román: a los 12 minutos, tiro libre; engaño previo porque también se perfilaba Erviti, y tras el toque del zurdo, el 10 con su guante derecho colgó la pelota del ángulo ante la impavidez de Capogrosso. Golazo. Y parecía que se allanaba el camino a la final.
Pero no, Boca no pudo liquidar el partido, pese a contar con algunas situaciones favorables. Ingresó Mouche para desequilibrar con sus gambetas, pero no lo consiguió. Y algunas desatenciones defensivas, sobre todo de Roncaglia, hicieron que el Charro se anime en los últimos minutos. E increíblemente a los 45, Friedrich con un zapatazo de afuera del área, decretó el histórico empate para los de Ferraresi. Baldazo de hielo para el Xeneize, que no esperaba definir por penales, porque el trámite del partido no lo ameritaba, pese a la enjundia del rival.
Pero en los penales, la historia fue la misma. Marcó el camino Román, con esa picadita deliciosa que engañó a Capogrosso, quién casi le ataja a Somoza y a Mouche. Sosa se volvió a lucir atajándole el remate a Friedrich (el mismo que había decretado el empate), y Matías Caruzzo metió el 5to penal, y así le dio al equipo de Falcioni el pasaje a la final.
Boca jugará el partido definitorio con Racing, que ayer eliminó a River, también desde los doce pasos, por lo que no habrá final superclásica. El sueño de la triple corona sigue más vivo que nunca, y de yapa, el Xeneize se clasificaría a la Copa Sudamericana, ya que la Academia tenía el cupo ganado por la tabla anual del año pasado. Negocio redondísimo. Boca sigue disfrutando, y para colmo, goza con la derrota de su archirrival.
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