Y ganó Boca. En un partido donde estableció claras diferencias, despachó en la Bombonera al campeón de la Sudamericana y está a un pasito de la final de la Libertadores.
Falcioni acertó en poner a Mouche por Cvitanich. Porque el 7, aún alternando buenas con malas, fue importante para abrir la cancha y tratar de quebrar la línea de tres de Sampaoli. Tanto que golpeó a los 15 minutos: Pablo desbordó y tiró el centro para el Tanque Silva, quién la paró, se acomodó y fusiló de zurda ante el estatismo de la defensa chilena. 1-0 y era un gol tranquilizador para los ansiosos.
El local no aprovechó el momento de liquidar el pleito en la primera mitad, pese a contar con mayor profundidad. Del equipo visitante poco se puede rescatar, sólo un tiro libre que Orión mandó al córner e infinidad de centros que Schiavi y compañía se cansaron de despejar.
En el ST, Boca salió a comerse vivo a la U. Tras perderse un par de goles, llegó el segundo tanto, a los 10 minutos: excelente combinación entre Silva y Riquelme, abertura a Erviti, quién sacó un fuerte remate que obligó al arquero Herrera al rebote, y ahí estaba Sánchez Miño, para capturarlo e inflar la red. 2-0 y tranquilidad.
El local pudo haber hecho un gol más, pero prefirió mantener la ventaja y cederles terreno a los chilenos, quienes, pese a esto, no se les cayó una idea. Orión, estuvo muy seguro, Schiavi sacó todo como casi siempre, y Roncaglia ajustó la marca sobre el hábil Aránguiz. Así, no hubo chances ni de descuento, pese a los 5 minutos de adición.
Boca se quedó con el primer chico. Sacó una ventaja tranquilizadora, no le convirtieron, lo cual es muy importante, y está a 90 minutos de jugar otra final de América. Ahora pensará en el encuentro ante Arsenal el domingo, también de local, para tratar de acercarse al bicampeonato, y recién después tendrá la revancha en Chile. El Xeneize va por todo, y está cerca de otra definición internacional.
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